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La huelga colapsa la Seguridad Social

"Llevo tres días aquí esperando; es vergonzoso", se queja una usuaria

Cientos de personas sufrieron ayer por la mañana en Valencia largas colas a las puertas del Centro de Atención de la Seguridad Social (CAISS) de la calle de Pelayo. Como todos los jueves y viernes desde el pasado 15 de octubre, los ciudadanos se agolpaban para entregar la documentación sobre pensiones, bajas médicas y todo tipo de prestaciones. El motivo: los trabajadores afrontan una huelga indefinida, con un seguimiento del 90% en Valencia según los empleados, que supone la paralización de la actividad los lunes, martes y miércoles, y colapsa las gestiones en los dos días laborables restantes. A las diez de la mañana una mujer daba de mamar con paciencia a su hijo al final de una cola de casi 200 personas. La imagen, la de la cola, no la del lactante, seguramente se repetía en muchos de los 437 centros de atención que tiene el Instituto Nacional de la Seguridad Social en toda España.

"Llevo tres días aquí esperando, esto es vergonzoso", se quejaba una mujer a las puertas del CAISS de Pelayo, que llevaba desde las 10.45 esperando para entregar una baja. "Me llamo Lucía, el apellido no te lo doy, a ver si lo ven y no me pagan", explicó esta ciudadana a la una y media, minutos antes de que el guarda de seguridad anunciase que los números se estaban acabando y que no podría entrar más gente.

Según la asociación de trabajadores (ATCAISS) la huelga ha producido la paralización de 300.000 expedientes en toda España. Se quejan de la falta de personal para dar un servicio de calidad: "La plantilla es inferior en muchos centros a la de hace 20 años y no se cubren las vacantes". Protestan por la imposibilidad de promoción personal. También por la escasez de retribuciones. Y se quejan de que el ministerio tiene "una voluntad nula para resolver el conflicto".

"Es un poco molesto", protestaba Teresa, que perdió la mañana para gestionar "una paga de minusvalía por discapacidad del chiquillo". A las 9.15 empezó su espera. Salía por la puerta a las 13.25. "No sabía nada de la huelga", explica al salir a la una y media Baltasar, que gastó toda la mañana ("desde las nueve") para conseguir el certificado de que su cónyuge no está dada de alta en la Seguridad Social que le pedía una mutua. "Hemos tenido suerte, mucha gente se ha cansado y se ha ido de la cola".

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