La fiscal pide 10 años para tres 'mosos' por torturas

La fiscal considera que fue un "error policial", pero los hechos que relata en su escrito de acusación resultan espeluznantes. Por ese motivo, solicita penas de entre tres y diez años de cárcel para cinco mossos d'esquadra, acusados de apalear, insultar y vejar a un rumano al que confundieron con un ladrón.

Sucedió en la noche del 27 de julio del año pasado, cuando Lucian P. salía de su domicilio de Barcelona con su novia. Cuatro policías de paisano se abalanzaron sobre él, lo esposaron y le propinaron "golpes y puñetazos por todo el cuerpo, pisándole la cabeza contra el asfalto y agarrándole por el cuello para impedir que gritase", según la fiscal. Al mismo tiempo, le espetaban: "Hijo de puta, te vamos a matar, te gusta golpear a las mujeres, te van a caer 20 años". Cinco días antes, una mujer había denunciado que le robaron y agredieron en su domicilio e identificó a una persona entre las fotografías que le enseñó la policía. Pero no era Lucian P.

La pistola en la boca

La fiscal explica que los ciudadanos que presenciaron la detención del ciudadano rumano recriminaron a los mossos "su brutal actuación". El detenido fue conducido a la comisaría de Les Corts y en ese trayecto el policía Jordi P. le introdujo en la boca la pistola "exigiéndole que lo reconociera todo y que si no, lo tirarían por un barranco". Según la fiscal, también le advirtió de que "si le soltaba la juez lo podían matar, que no sería el primero", mientras le golpeaba con la pistola en el cuello y la espalda. Los policías Manuel F. y Joan S. se sumaron a la paliza. El primero iba conduciendo, pero aprovechaba los semáforos en rojo para golpear al detenido.

Ya en comisaría, prosigue la fiscal, le siguieron golpeando e insultando. Lucian P. pidió que parasen porque era hemofílico y podía morir, a lo que los agentes respondieron que "más le valía". Le obligaron a desnudarse y lo llevaron al calabozo. A la mañana siguiente, la mujer que había sido agredida no le identificó y Lucian P. quedó libre.

Los agentes no están suspendidos de empleo o de sueldo y el departamento de Interior de la Generalitat les ha puesto un abogado, según explicó ayer un portavoz de los mossos.