La vecina del almirante Nelson
Thomas Schütte instala una obra en la cuarta columna de Trafalgar Square
La maqueta de un edificio de 21 pisos, una estructura de cristal teñida de colores discotequeros y con una altura de 4,55 metros, desafía desde ayer los dominios de la imponente columna dedicada al almirante Horatio Nelson en la londinense Trafalgar Square. Modelo para hotel (2007) es la obra del artista alemán Thomas Schütte (Oldenburg, 1954) elegida por el Ayuntamiento de Londres para ocupar de forma temporal el pedestal de la cuarta columna de la plaza, un espacio que ambiciona incorporar la escultura contemporánea a este enclave neoclásico de la ciudad.
La instalación ubicada en la esquina noroeste de la plaza no hace justicia, a la luz del día, a sus 8,25 toneladas de peso, una presencia tímida entre los famosos leones de bronce -material fundido de los cañones de la Armada Invencible española- y estatuas de personajes históricos como el rey Jorge IV. La caída de la noche le confiere sin embargo toda su espectacularidad, cuando el cristal translúcido rojo, azul y amarillo de sus capas de cristal refleja la iluminación de una capital que hace gala de no dormir nunca.
El alcalde decidió abrir la plaza a la modernidad con la rotación de artistas
Concebido originalmente para alojar una estatua del monarca Guillermo IV, proyecto que en su día no culminó por falta de fondos, el cuarto basamento de Trafalgar Square permaneció vacío durante más de siglo y medio hasta que el actual alcalde, Ken Livingstone, decidió utilizar los fondos públicos para abrirlo a la modernidad con una exposición rotatoria de artistas contemporáneos, tanto locales como extranjeros.
La obra de Schütte, que ha costado a los contribuyentes 270.000 libras y se exhibirá durante los próximos 18 meses, cuenta con la ventaja añadida de sustituir en el emplazamiento a una de las esculturas más denostadas por las fuerzas vivas de la ciudad. La estatua de mármol de Alison Lapper, una mujer embarazada que nació sin brazos y piernas, inauguró el proyecto de Livingstone en otoño de 2005, arrastrando consigo una oleada de críticas que veían en la obra de Marc Quinn la expresión de un arte "políticamente correcto" sin otras aportaciones reseñables. Los sectores más conservadores de la ciudad hicieron campaña para que ese espacio fuera ocupado por una estatua-homenaje a la reina madre -ése fue el resultado de una encuesta promovida a la sazón por el Daily Mail- con el mismo ahínco que vetaron la presencia en la plaza de una estatua de Nelson Mandela, finalmente emplazada en Parliament Square.
Pero el rojo Ken (apodo que recibe el alcalde) está decidido a convertir uno de los rincones más visitados de la ciudad en un nuevo reto para los artistas del nuevo siglo, tomando como referencia y salvando todas las distancias con la visitadísima Sala de Turbinas de la Tate Modern. Ironías de la vida, la instalación de Schütte tenía como título original Hotel para pájaros, finalmente descartado quizá por la conocida aversión que Livingstone profesa a las palomas de Trafalgar Square.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.