Extirpado un tumor a un bebé en pleno parto
El feto, de 33 semanas, sufría una malformación craneal
Nació a las 33 semanas. Y en el mismo instante de su nacimiento fue operada de un raro tumor en el cráneo (epignatus), que habría sido mortal si el embarazo hubiera seguido su curso hasta el final. Es la tercera vez en el mundo que un equipo médico opera durante un parto de gemelos a un bebé enfermo mientras está naciendo. Y la primera que se logra en España.
Tras el nacimiento de la primera niña (sana), un equipo formado por una veintena de profesionales del hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, intervino a la gemela enferma mientras seguía unida a su madre por el cordón umbilical para aprovechar la respiración placentaria.
En cuatro minutos y 30 segundos, los médicos lograron extirpar el tumor en la parte exterior del cráneo y practicar una traqueotomía para facilitar la respiración cardiopulmonar de la pequeña. Luego, cortaron el cordón para culminar el parto. La premura durante la cirugía extrauterina es vital. "Al estar obligados en este caso a sacar todo el feto, el cordón umbilical puede aguantar de media entre 10 y 20 minutos antes de colapsarse", explicó Guillermo Antiñolo, director de la Unidad de Genética y Reproducción del hospital, que atendió este embarazo.
La segunda fase de la operación se realizó 15 horas después del parto, cuando la pequeña volvió al quirófano para que los cirujanos le extirparan la parte interior del tumor y le reconstruyeran la tráquea. La niña, que nació hace cinco semanas, respira ahora con normalidad y evoluciona bien.
Infierno de los padres
La familia, que desea mantener un total anonimato para evitar "un daño irreparable" a sus hijas, explicó en un comunicado que los cuatro meses anteriores al parto habían sido "un infierno" y agradeció a los médicos su trabajo. "Nuestra confianza desde el día de hoy en la sanidad pública es absoluta", escriben.
La malformación del feto fue diagnosticada en la semana 22 de gestación en la Unidad de Genética y Reproducción. Las ecografías en 3D y 4D permitieron detectar las complicaciones y planificar con cuidado la intervención. El epignatus (tumor asociado con una alta mortalidad neonatal) también alteró el desarrollo del feto, que fue sometido a dos drenajes de líquido amniótico. El tumor, que pesaba 500 gramos, obstruía la boca y la nariz. "Esta cirugía era la mejor opción porque pretende mantener la respiración placentaria y era casi imposible que la niña cambiase a una respiración cardiopulmonar", aclaró Antiñolo.
Los médicos provocaron el parto a las 33 semanas para evitar que se adelantase de forma natural y garantizar la intervención. "De no haberse extirpado, el bebé habría fallecido en el momento de su nacimiento", indicó la consejera de Salud, María Jesús Montero. Las secuelas de la enfermedad se podrán corregir en los próximos meses. Serán "mínimas o inexistentes", según el jefe de servicio de Cirugía Maxilofacial, Alberto García Perla, informa Efe.
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