Bailar contra la incomunicación
Cherkaoui, último fenómeno de la danza, llega al teatro Albéniz de Madrid
Un vampiro y un negro travestido, una mujer que sostiene un libro en llamas, una dama gigante, un fantasma... Todos han sido convocados al salón de una biblioteca enorme y allí, como Godot, esperan. Parecen venir de tiempos y familias muy diferentes pero demuestran que pueden convivir y crear una estética única en las casi dos horas de delirio que dura Myth, la más reciente coreografía del fenómeno de la nueva danza, el belga-marroquí Sidi Larbi Cherkaoui (Amberes, 1976). Ha abandonado Les Ballets C de la B, donde conoció el éxito, y se ha refugiado en su ciudad, amparado por la productora Toneelhuis. La pieza, que llega hoy al teatro Albéniz como una apuesta del Festival de Otoño de Madrid, habla sobre la inmortalidad de los mitos y es la culminación de las inquietudes de su creador. "Lo que hoy vemos como novedoso es solamente una prolongación de la misma historia", dice.
De padre marroquí y madre belga, ha vivido dos culturas y sorbido de los postulados rigurosos de la danza clásica y la contemporánea y de la libertad callejera del hip-hop. Su filosofía parece basada en la ausencia de temor escénico. En Myth hace convivir a sus bailarines con dos contorsionistas, una intérprete con síndrome de Down y el grupo Micrologus en directo, tocando música del siglo XIV. "Uso música que creo que la gente debería escuchar. Para mí", dice acerca de su heterogéneo elenco, "importa la disciplina, dominar tu propio vocabulario, conocer tu cuerpo y comunicarte. Estoy obsesionado con la comunicación".
Babelia
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