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Reportaje:

Tres turnos en la chabola

Los trabajadores de Druckguss protestan entre plásticos y cartón - La Inspección considera "muy grave" el cierre patronal en plena huelga

Pedro Gorospe

Aunque han logrado conectar una estufa de aceite, hace frío en el precario refugio de cartón y plásticos en el que unos 30 trabajadores de Druckguss protestan por el cierre patronal de su empresa. Hace frío sobre todo de madrugada, cuando el hielo traspasa la improvisada construcción sindical, en el polígono industrial de Igorre.

"Pensamos pasar todos juntos la Navidad, porque no nos va a llegar"

Sin embargo, desde que la dirección echó la persiana no les ha quedado otro remedio que hacer los tres turnos en la chabola, como una manera de protestar contra una decisión que no comparte ni la propia Inspección de Trabajo. El pasado miércoles este organismo remitió a la Fiscalía su informe, al considerar que las decisiones adoptadas por la compañía son "muy graves" y podrían constituir "un ilícito penal".

La empresa decretó el cierre patronal a partir del día 2, durante la celebración de una huelga legalmente comunicada; ha dejado de pagar dos nóminas a los huelguistas; ha sacado en, al menos, cuatro camiones material indispensable para seguir haciendo piezas para el sector de automoción, y ha desobedecido al Gobierno vasco, que calificó el pasado día 9 de "ilegal" el cierre y ordenó la reapertura del centro.

En los apenas cinco metros cuadrados en los que viven los treinta huelguistas en los tres turnos se respira mucho compañerismo, pero un cabreo monumental. "Creo que el informe de la Inspección de Trabajo lo dice todo. No sé si se pueden juntar más indecencias", critica el presidente del comité de empresa, Raúl Peñafiel, soltero de 49 años, afiliado a LAB.

Los trabajadores sospechan que al menos parte de los medios de producción y del dinero que tendría que haber ido a sus nóminas se ha desviado a la planta que el empresario "José Antonio Iturrioz", cita uno de los trabajadores, ha construido en Oradesa (Rumania). La plantilla, con unos salarios medios de mil euros, no ha actualizado siquiera el IPC desde 2004. Entre sus demandas salariales estaban subidas del 3,6% y del 3,2% para los años 2005 y 2006, y un incremento salarial lineal de 1.200 euros para este año.

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"Estamos pensando pasar todos juntos la Navidad, porque a este paso no nos va a llegar el dinero", dice Rosa María Manteca, de 42 años y con dos hijos.

El inspector de Trabajo hace constar en su informe que la plantilla comenzó la huelga el pasado 19 de septiembre. Pero en ningún momento describe que haya habido violencia de los huelguistas, como sugiere la dirección cuando justifica el cierre patronal en el "miedo de los no participantes en la huelga a desempeñar sus funciones", o cuando habla de "peligro de violencia para personas y cosas". El informe de la Inspección afirma que "las circunstancias alegadas carecen de datos justificantes y pruebas".

María José López Novoa, con un hijo a su cargo, considera que "estamos siendo absolutamente respetuosos para lo que nos están haciendo". Novoa estaba de turno el día 28 en la fábrica y el 29 en la chabola cuando la dirección envió varios camiones para retirar máquinas y herramientas. "El primer día vaciaron el laboratorio. Lo desmantelaron totalmente, no dejaron absolutamente nada en los cajones", sostiene.

Junto a María José están dos compañeros sordomudos, Miguel Ángel Rubio y Luis Miguel Díaz, que asienten a las protestas y críticas de sus compañeros. La dirección repitió la operación de sacar los medios de producción el 29 de septiembre y, según los trabajadores, la salida de camiones se volvió a producir el 2 de octubre. "Ese día vinieron a las cuatro de la mañana con la Ertzaintza", relata Rosa.

Afirma el sindicato LAB que la empresa dio beneficios en 2006. Evaristo Prieto, casado y con dos hijos apunta, sin embargo, que, "a pesar de ir bien, todos los días vienen dos o tres personas a ver si cobran sus facturas. Es sospechoso".

El informe de la Inspección de Trabajo

- El inspector visitó la empresa, que estaba cerrada, el 9 de octubre. Días después, atendió por separado a ambas partes

- En dicha visita comprobó que la empresa no había cumplido la resolución previa de la autoridad laboral de que reabriese el centro de trabajo de Igorre.

- "No hay proporcionalidad entre las circunstancias [alegadas por la empresa] y la decisión de cierre patronal".

- "La empresa no adoptó ninguna decisión" para convocar una reunión con los representantes de los trabajadores.

- Se han incumplido dos artículos de un real decreto de 1977 sobre relaciones de trabajo "por cuanto no concurren las circunstancias justificativas para el cierre patronal" y por "incumplir la resolución de reapertura dictada por la autoridad laboral".

- Ambas infracciones "están calificadas como muy graves".

- "La conducta de los responsables de la dirección podría constituir un ilícito penal, causa p0r la que procede la remisión de este informe al ministerio fiscal".

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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