El Ejército turco entra en Irak para atacar a los kurdos
Los aviones militares cruzaron la frontera 20 kilómetros el domingo
Las agencias y periódicos de Turquía citaban ayer fuentes oficiales para informar de algo que los cinco millones de habitantes del Kurdistán iraquí sabían muy bien: el Ejército turco ha cruzado la frontera desde el domingo al martes, en diversas operaciones, para bombardear asentamientos de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
La agencia turca Anatolia aseguraba además que helicópteros Sikorsky y Cobra despegaron ayer desde Diyarbakir, la ciudad más poblada del sureste turco, para "destruir los nidos de terroristas mediante bombardeos".
La OTAN felicita al Gobierno turco por su "contención" y se solidariza con él En Erbil no hay ambiente bélico. Sólo la precaria normalidad
Desde el domingo unos 300 comandos turcos entraron en Irak con helicópteros para castigar unas 66 posiciones del PKK, según diversos medios turcos. Los aviones se adentraron 20 kilómetros en territorio iraquí, y los soldados, 10 kilómetros. Las incursiones de castigo se reanudaron ayer, aunque se desconocía si se dirigían a bases del PKK en Turquía o en Irak.
Los ministros de Defensa de los países de la OTAN, de la que Turquía es miembro destacado, escucharon a su colega turco, Vecdi Gönül, explicar la crisis bélica con el PKK durante la cumbre celebrada en Noordwijk (Holanda), informa Ricardo Martínez de Rituerto. Tras expresarle su solidaridad ante los ataques terroristas, los aliados le pidieron contención en la respuesta. Para el secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer, "el Gobierno turco está manifestando una destacable contención dadas las circunstancias".
Las incursiones turcas en el norte de Irak no han sorprendido a las autoridades kurdas. "No sé por qué ahora se extraña todo el mundo", indicó ayer un consejero del Gobierno del Kurdistán iraquí. "Esta primavera bombardearon casi todos los días nuestro territorio y casi ningún medio internacional informó de lo sucedido. Aquí la gente está demasiado acostumbrada a todo esto. Otra vez hemos hecho acopio de agua, leche y gasolina. Pero con la mayor tranquilidad, sin ningún nerviosismo".
Mientras tanto, el PKK, organización considerada terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos, mantiene secuestrados a ocho soldados turcos a los que detuvo en una emboscada donde también asesinó a 12 militares turcos. El Ejército de Turquía respondió matando a 32 guerrilleros y bombardeando desde ese mismo día sus asentamientos en el Kurdistán iraquí.
Ayer, los canales de Turquía a los que se accede mediante satélite desde el Kurdistán iraquí mostraban fotografías de los soldados secuestrados y sus familiares llorando. Mientras tanto, diversos canales árabes difundían imágenes de protestas de manifestantes kurdos en Estambul.
"El PKK no está ayudando a arreglar esta situación", indicó ayer a este periódico una fuente próxima al Gobierno autónomo de Masud Barzani. "Y mostrando en la tele las imágenes de los soldados secuestrados lo único que hacen es exacerbar a la opinión pública turca", añadió.
El ambiente en las calles de Erbil, capital del Kurdistán iraquí, no es ni bélico ni prebélico. No se ven pancartas, ni se oyen gritos contra Turquía, ni se queman banderas, ni se dispara al aire. La gente se preocupa de vivir con sólo seis horas de electricidad al día en una ciudad llena de obras y de puestos de control, pero sin grandes problemas de seguridad.
Si se les pregunta a los políticos del Gobierno, a los estudiantes y a los comerciantes que a qué se debe esta situación, todos vienen a responder que una parte de Turquía teme la creación de un Estado federal iraquí fuerte y próspero. "Pero no hay razón ninguna para temer eso", señalaba el gobernador de Erbil, Nausat Hadit.
"Nosotros necesitamos a Turquía, ellos son nuestra puerta al mundo. Dependemos de ellos en nuestro abastecimiento industrial y energético. Y no queremos crear un gran Kurdistán donde vivan los kurdos de Irak , de Turquía, de Siria y de Irán. Sólo queremos un Estado federal dentro de Irak", sostiene Hadit. Y añade: "Pero el problema no es de Turquía con el Kurdistán iraquí, sino del Gobierno turco con sus militares. Los militares turcos ganan dinero y poder con este enfrentamiento contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán".
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