El Gobierno logra salvar sus últimos Presupuestos por sólo nueve votos

Pese al éxito, no hubo muestras de alegría en los rostros Zapatero ni de sus ministros y diputados, sino consternación ante el dolor del protagonista de la jornada, Pedro Solbes, el vicepresidente económico.

El titular de Economía conoció en su escaño, al filo del mediodía, que su hermano pequeño había fallecido. Pero no abandonó su tarea. Sólo se ausentó en el receso concedido por el presidente del Congreso, Manuel Marín, para el almuerzo. Acudió al tanatorio y volvió a las cuatro de la tarde para afrontar las enmiendas que faltaban.

El portavoz del PSOE, Diego López Garrido, desde la tribuna, le agradeció su labor toda la legislatura, "especialmente en un día como hoy". Hubo un cerrado aplauso para una persona cuyo rostro era ya, a esa hora la imagen del abatimiento. El Solbes de la mañana era el de siempre, animoso y tranquilo, aun cuando el peligro se cernía sobre unas cuentas que nunca habían tenido tanta contestación.

Movilización total

PP y PSOE llamaron a la movilización total para que ninguno de sus diputados faltara. Los socialistas estuvieron todos, los 164, y en el PP sólo hubo una baja, justificada por enfermedad. La diputada popular María Salom voló desde Baleares pese a estar a punto de dar a luz.

Votaron a favor de la devolución 143 diputados del PP (uno se equivocó y apoyó las cuentas del Gobierno), 10 de CiU, 8 de ERC, 3 de IU, 2 de Coalición Canaria y uno de EA. En contra estaban los 164 del PSOE, incluidos todos los ministros, 7 del PNV, 2 del BNG, uno de CHA, otro de Nueva Canaria y el ex diputado del PP Joaquín Calomarde. Éste subió a la tribuna para apoyar unas cuentas acordes con lo que "no necesita España: crispación, enfrentamiento, división". Su ex compañero Vicente Martínez Pujalte le gritó: "¡Ni tránsfugas!".

La votación habría sido incluso más ajustada si dos diputados populares, Juan Carlos Guerra Zunzunegui y Carmen Matador, hubieran votado. Ambos fueron por la mañana al Congreso, pero salieron del edificio y se perdieron la votación. A Guerra Zunzunegui le pilló un atasco y no llegó a tiempo. Matador fue a un acto y tampoco pudo votar. A los dos les sorprendió que la votación, prevista para las 20.00, se adelantó a las 19.30. Con estos, más el error de Juan Salord y la ausencia de otro por enfermedad, el PP perdió cuatro votos (cinco si se cuenta el del tránsfuga Calomarde).

Hubo emoción y tensión por si los números salían pero no expectación respecto a las posiciones políticas. El debate resultó el reflejo de la legislatura. En él se plasmaron los desafectos que ha acumulado el Gobierno y sus nuevos socios, PNV y BNG.

"Tiran de chequera"

A cinco meses de las elecciones muchos partidos prefirieron mostrarse distantes. El año pasado sólo hubo tres enmiendas a la totalidad, esta vez, seis. El líder del PP, Mariano Rajoy, mantuvo su línea: "A falta de un proyecto ilusionante e ideas eficaces, ustedes tiran de chequera para ocultar su fracaso", le espetó al vicepresidente, al que llamó "pusilánime", por no oponerse a una política que le manda Zapatero y en la que no cree. Se refería Rajoy al cheque-bebé, a la salud bucodental para niños o a la subida del salario mínimo.

"Están utilizando los Presupuestos como un instrumento electoral sin tener en cuenta los intereses de los españoles", espetó Rajoy. Además, el líder del PP reprochó "el exceso de gasto", que puede poner en peligro la estabilidad de la economía.

Ahí salió el vicepresidente más político: "¿Señor Rajoy, usted está a favor o no de la Ley de Dependencia; está o no a favor de las medidas de carácter social para ayudar a los más desfavorecidos; para cubrir las necesidades del ejército profesional que ustedes crearon?"

Para IU, sin embargo, falta gasto social. Este grupo se partió, ya que ICV, parte del Gobierno catalán, se abstuvo tras una negociación sobre esa comunidad. CiU y ERC criticaron los "incumplimientos" con Cataluña.