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El Tribunal de la UE anula los privilegios de la 'Ley Volkswagen'

Porsche tiene el camino despejado para ejercer el control de la marca alemana

El Tribunal Europeo falló ayer en Luxemburgo que la llamada ley Volkswagen, vigente desde 1960 y que concedía privilegios en el control del consorcio al Estado de Baja Sajonia, contradice la legislación europea por atentar contra la libre circulación de capitales.

El Gobierno alemán aceptó la decisión del Tribunal Europeo y anunció ayer mismo una modificación de la ley creada en su día para proteger al consorcio automovilístico alemán de una OPA hostil.

Los sindicatos temen que el capitalismo puro y duro impere en VW

La sentencia de ayer abre las puertas del control de VW a la empresa Porsche que ya tiene el 31% del capital y podría aumentar en el futuro su participación. Para ello cuenta con un crédito de 10.000 millones de euros para la adquisición de un paquete mayor de acciones. El sindicato IG Mettal criticó el fallo judicial por considerar que favorece los intereses del capital en contra de los trabajadores.

El gran beneficiado de la anulación de la ley VW es Ferdinand Piëch, de 70 años, actual presidente del consejo de vigilancia de Volkswagen que comparte con su familia la propiedad de Porsche. Piëch es nieto del patriarca creador del consorcio. Su abuelo Ferdinand Porsche hizo realidad los sueños de Hitler de construir un coche para el pueblo, el legendario escarabajo. Los Porsche y los Piëch crearon la fábrica de coches de lujo Porsche y llevaron mucho tiempo la voz cantante en VW. En un principio VW era una empresa estatal, propiedad del Gobierno federal alemán y del Estado de Baja Sajonia, donde se encuentra la fábrica central en la ciudad de Wolfsburgo.

En 1960 la VW se convirtió en sociedad anónima, pero protegida por la ley elaborada para dar el control al sector público, el Gobierno federal y el de Baja Sajonia. Con la retirada del Gobierno federal de la propiedad de VW la ley protegía al Estado de Baja Sajonia. Con un 20% de las acciones de VW tenía el control del consorcio porque nadie podía tener mayor número de votos, aunque su porcentaje de la propiedad fuese mayor. Esto lo considera el Tribunal europeo inaceptable. Con la ley VW en vigor los votos de Baja Sajonia más los de los representantes sindicales en los órganos de cogestión impedían cualquier mayoría en contra de los intereses de los trabajadores o del Gobierno regional que tenía más interés en conservar los puestos de trabajo que en los dividendos. Esto funcionó mientras en Baja Sajonia gobernaban los socialdemócratas (SPD) que no tenían problemas en llegar a acuerdos con los sindicatos para tener mayorías en la gestión de VW. Esta alianza firme se quebró en parte desde que los democristianos (CDU) han pasado a gobernar Baja Sajonia.

Al mismo tiempo, la familia Porsche había tendido la zarpa hacia VW con Piëch como ariete. Piëch había sido director ejecutivo de VW varios años y el pasado febrero se convirtió en presidente del consejo de vigilancia en el que Porsche pasó a contar con tres puestos. Muchos vieron la entrada de Piëch con malos ojos porque argumentaban que es impresentable ser propietario de una parte de Porsche y al mismo tiempo ejercer de máximo controlador de VW en la que Porsche tiene un 31%. Piëch no protegió a VW de pasar a manos de Porsche, sino que favoreció la operación.

La jugada de Piëch era perfecta porque estaba cantado que el tribunal europeo no iba a consentir la posición privilegiada del Estado de Baja Sajonia en VW con más votos de los que le correspondían por su porcentaje de la propiedad. Esto se confirmó ayer. Baja Sajonia no parece dispuesto a incrementar su porcentaje en VW, pero conservará dos puestos en el consejo de vigilancia. Porsche aumentará su participación en un futuro.

Los sindicatos se inquietan ante la perspectiva de que en VW empiece a regir un capitalismo puro y duro a la hora de reestructurar la empresa o trasladar centros a otros lugares con costes más bajos. De ahí la reacción del IG Metall que pide que la ley VW no se derogue por completo y se conserven elementos favorables a los trabajadores.

Planta de ensamblaje del Golf en Wolfsburgo (Alemania).
Planta de ensamblaje del Golf en Wolfsburgo (Alemania).

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