Encarcelado el rumano que raptó a su hijo en agosto

Un ciudadano rumano de 50 años ingresó ayer en prisión imputado por el rapto de su hijo en agosto pasado en Bilbao, en un centro de acogida para parejas separadas de la Diputación de Vizcaya. El detenido, Florin L., de 50 años de edad, tenía una orden de alejamiento por presunto maltrato a su ex pareja, quien tenía la custodia del niño, Andrei.

La codicia le costó ayer el ingreso en prisión a Florin L: quiso cobrar una ayuda social en Vizcaya y para ello volvió desde Rumania, a donde se desplazó con su hijo secuestrado. Pero la Ertzaintza, tras conocer que percibía la ayuda, y en colaboración con los servicios sociales del Ayuntamiento de Getxo, estableció un dispositivo de vigilancia que permitió localizarle en la mañana de ayer, cuando reclamaba la subvención.

El niño, según confirmó la Ertzaintza, permanece en Rumania con la familia del detenido. El rapto se produjo el pasado 29 de agosto, cuando el ciudadano rumano aprovechó una visita a un punto de encuentro para parejas separadas: en un descuido de la persona que supervisaba su estancia, cogió a su hijo y huyó. La investigación policial determinó que pocos días después estuvo en un área de servicio de Francia y que más tarde llegó hasta la localidad rumana de Tulcea, donde reside su familia.

Cristina E., de 23 años, la ex pareja del detenido, también de nacionalidad rumana, denunció a aquél por malos tratos el 28 de febrero. Dos días después, un juzgado le concedió la custodia del niño y ordenó a Florin L. abandonar el domicilio de la pareja en Getxo, además de prohibirle el acercamiento a su ex pareja a menos de 300 metros. Sin embargo, le permitió visitar al niño en el centro de encuentro para parejas separadas los miércoles, viernes y domingos. El ahora encarcelado incumplió la orden de alejamiento y, a finales de julio, el juzgado amplió la medida de alejamiento a un kilómetro. Cristina E. ha asegurado que intentó con anterioridad secuestrar al pequeño.

La madre ya aseguró, cuando su hijo fue raptado en agosto, que las posibilidades para volver a verle serían mínimas si lo llevaban a Rumania. "Allí la situación de las mujeres no tiene nada que ver con la de aquí. No hay órdenes de alejamiento ni nada de eso". La Ertzaintza comunicó ayer que son las autoridades judiciales las que deben intervenir para propiciar la vuelta del menor.