La Generalitat alienta a las cajas catalanas a que inviertan en proyectos industriales

Al Gobierno catalán le ha gustado la operación de Applus, por la cual un grupo de cajas catalanas liderado por Caixa Catalunya tiene el 25% del consorcio impulsado por Carlyle que se ha adjudicado la empresa de certificación. Quiere que no sea flor de un día y está alentando a las entidades financieras a que inviertan en proyectos industriales que tengan interés para Cataluña. La presencia en sectores estratégicos, como Applus, es una opción. Otra es que acompañen a empresas catalanes en sus proyectos, el primero de los cuales podría ser el de Ficosa en Cádiz, de la mano de Caixa Catalunya.

En la operación de Applus, además de Caixa Catalunya, participan Caixa Sabadell, Caixa Terrassa, Caixa Manresa, Caixa Tarragona y Caixa de Girona. Fue el presidente de la segunda caja catalana, Narcís Serra, quien orquestó, en sintonía con el Gobierno catalán y con la propia dirección de la empresa, un grupo de inversores catalanes, a los que se sumarán destacados empresarios individuales.

La Generalitat cree que esta experiencia es exportable. Y el escenario que se perfila para ello es Andalucía. La multinacional de componentes para la automoción, presidida por Josep Maria Pujol, está proyectando, junto con la vasca Alcor, una nueva empresa aeronáutica en Cádiz, en los terrenos de la maltrecha Delphi, a través de la entrada de ambas en la andaluza Sacesa.

Ficosa está especializada en la fabricación de retrovisores y tiene 25 empresas esparcidas por todo el mundo que facturan en conjunto unos 1.000 millones de euros. Pero quiere diversificar su actividad hacia el sector de la aeronáutica, giro que coincide con el empeño del Gobierno tripartito para sortear la sangría de cierres y ajustes de plantilla que está azotando Cataluña en las últimas fechas, que podría llevarse por delante a 2.500 trabajadores. El último es el de Mercedes, anunciado el pasado viernes. Le preceden las crisis de Tecnoconfort y las incógnitas sobre Frape Behr y Sysmo. "Estamos preocupados por el sector de los componentes", reconocía la semana pasada un alto cargo de la Administración catalana.

La intención de Ficosa es, según fuentes conocedoras del proyecto, crear un grupo aeronáutico aprovechando el anuncio de Airbus de iniciar el proceso de adjudicación de contratos para la construcción del nuevo avión A-350. Aunque el importe no ha trascendido, las mismas fuentes cifran la operación en unos 200 millones de euros. Ahí es donde podrían entrar las cajas. Ficosa y varias cajas consultadas eluden pronunciarse al respecto. Pero fuentes cercanas a la caja que preside Narcís Serra reconocen haber mantenido "contactos" con la Generalitat sobre el asunto.

Con todo, y a pesar de las preocupaciones por el sector, la participación de las cajas no se ciñe únicamente al sector de la automoción. El Gobierno catalán quiere ser respetuoso con la independencia de estas entidades, pero vería con buenos ojos que, al tener éstas una dimensión social, puedan desempeñar un papel en la financiación de determinados proyectos, al margen de su obra social. La vivienda es uno, como recoge el pacto nacional firmado ayer. Pero quiere que la industria sea otro, en un momento en que se enfrenta a los retos de un cambio de modelo productivo y en que La Caixa ha cambiado las coordenadas de su cartera de participadas: empresas cotizadas y de mayor peso del sector financiero, pese a que mantiene sus posiciones en Port Aventura, y también deja la vía abierta a operaciones de capital riesgo de entre 300 y 500 millones.