Gestión aeroportuaria
La asignación de la terminal Sur del barcelonés aeropuerto de El Prat a dos grandes alianzas -One World (Iberia) y Star Alliance (Spanair)- comienza a despejar el futuro y pone más que nunca sobre la mesa el auténtico nudo gordiano del problema: la gestión aeroportuaria en España. AENA es la empresa pública responsable de la gestión de todos los aeropuertos españoles. Y tiene una curiosa vara de medir: hasta ahora se ha resistido a la descentralización mientras participa en el extranjero en la gestión de 27 aeropuertos en ocho países. España comparte el puesto de honor de la gestión centralizada de aeropuertos con Rumania y Polonia, en el ámbito de la Unión Europea.
Está más que demostrado que la gestión -como en el caso de los puertos españoles- puede descentralizarse, competir y reequilibrarse a través de una caja de compensación. Pero no hay que lamentarse como reiteradamente hace la oposición catalana, singularmente CiU. Se trata de dar los primeros pasos hacia ese futuro que permitirá que El Prat pase de 30 a 55 millones de pasajeros y llegue en 2013, con la nueva terminal satélite, a los 70 millones anuales. Esa lectura en clave positiva es la que están realizando los empresarios catalanes. De nada sirve hablar de vuelos intercontinentales -como hace CiU- si no se trabaja para atraerlos. Y esta semana que comienza el comité de rutas que engloba a la Administración catalana y a los empresarios buscará en Hong Kong y Tokio que Cathay Pacific, Japan Airlines y All Nipon Airways establezcan vuelos que unan la capital catalana con Asia. Y eso con un simple proyecto de ampliación bajo el brazo. Porque la gestión descentralizada no tiene todavía fecha fijada.
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