Touriño garantiza en Argentina que acabará con los 'conseguidores' de la emigración
El presidente inaugura en Buenos Aires la nueva delegación oficial de la Xunta
El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, se comprometió ayer en Buenos Aires a utilizar la delegación oficial de Galicia en la capital argentina para poner fin a las "intermediaciones anómalas" con los emigrantes en el marco de la nueva política exterior de su Gobierno. Touriño subrayó la imbricación de la sede con la embajada de España y defendió la delegación como un servicio a los ciudadanos. El presidente parte hoy hacia Montevideo y el viernes se entrevistó con la candidata Cristina Fernández de Kirchner.
Galicia se convirtió ayer en la segunda comunidad autónoma, tras la del País Vasco, que abre una delegación oficial de representación en Buenos Aires. Lo hizo en un acto público al que asistieron numerosos representantes de las comunidades gallegas en Argentina y en presencia del embajador de España, para dejar claro que, desde el principio, la delegación de la Xunta actuará en coordinación con la representación oficial del Gobierno español.
En su discurso de inauguración, de lo que está llamado a convertirse en la primera pieza de la política exterior que quiere desarrollar a lo largo de su mandato, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, recordó la voluntad de su Gobierno de regularizar e institucionalizar la presencia de Galicia en el ámbito internacional a través de "mecanismos reglados, transparentes y sometidos a los mismos mecanismos de control" que las demás políticas públicas.
"Prestará atención, atenderá sin intermediaciones anómalas a los ciudadanos emigrados en tanto que poseedores de derechos reconocidos por las leyes", precisó. Y se convertirá "no sólo un espacio de agilización administrativa, sino en un lugar de encuentro desde el que irradiar una nueva imagen de Galicia".
Touriño agradeció muy especialmente la colaboración del Ministerio de Exteriores y de la Embajada en la puesta en marcha de la delegación, que "permitirá reforzar la presencia de España y sumar esfuerzos al servicio de la ciudadanía", siempre "al servicio de los intereses generales de España".
Una idea, la de la coordinación, que va a presidir la relación entre la oficina de la Xunta y la sede diplomática española en Buenos Aires. El embajador Rafael Estrella se mostró "muy satisfecho" por la forma en que se ha gestionado el proceso. "Va a haber una excelente relación; la hay personal con la delegada, a la que conozco desde hace bastantes años", destacó, especialmente cuando ambos compartían escaño en el grupo socialista en el Congreso. "Es una persona de una enorme cualificación profesional y humana", añadió y para su embajada "es un fortalecimiento de los medios" con los que cuentan las instituciones españolas para atender a la colectividad de emigrantes.
La nueva delegada de Galicia en Buenos Aires, María Xosé Porteiro (PSOE), rehuyó en declaraciones a los medios cualquier polémica con el PP y subrayó su voluntad de convertir la delegación en una oficina capaz de representar a todos los gallegos. En ese sentido, la delegada pidió la colaboración de todos para una tarea "colectiva" y "sin sectarismos" en la que tiene previsto comenzar inmediatamente.
En una torre de cristal
Las oficinas de la delegación están situadas en los bajos de una torre de cristal de una céntrica zona de Buenos Aires dominada por sedes financieras, a muy escasa distancia del diario conservador La Nación y de las calles más comerciales de la capital.
En una primera fase, y con un gasto aproximado de 60.000 euros, la Xunta ha habilitado aproximadamente la mitad de los 1.300 metros cuadrados a su disposición, en los que podrá albergar ocho despachos, una sala de reuniones, dos aulas y un espacio de servicios múltiples que se utilizará para la organización de eventos, conferencias y exposiciones. La sede ha sido alquilada por tres años, al término de los cuales el Gobierno considerará la posibilidad de adquirir un local en propiedad.
En ella está previsto que trabajen además de la delegada otras cinco personas, tres dependientes de Emigración y las otras dos de Acción Exterior.
La víspera de la inauguración de la sede oficial de la Xunta, Touriño fue recibido en Los Olivos, la residencia oficial del presidente de la república argentina, por Cristina Fernández, esposa del jefe del Estado y la candidata mejor situada para hacerse con el cargo en las elecciones del 28 de octubre. El propio presidente gallego narró al término de la reunión, que se prolongó por espacio de una hora, que la conversación transcurrió en un tono cálido y de proximidad y que la candidata había manifestado su deseo de recorrer algún día el Camino de Santiago. El actual presidente, Néstor Kirchner, no participó en el encuentro.
Esquivando la Hispanidad
La inauguración de la sede de la Xunta en Buenos Aires ha tenido lugar apenas una semana antes de la celebración en la capital argentina del Día de la Hispanidad, una cita tradicionalmente muy importante para la comunidad de emigrantes españoles, formada mayoritariamente por ciudadanos de origen gallego. Este año, además, la Embajada de España, en una iniciativa que tendrá continuidad a lo largo de los años, ha previsto que las celebraciones giren en torno a Galicia.
Por este motivo se produjeron algunos contactos para intentar que la inauguración de la oficina de la Xunta tuviese lugar coincidiendo con la Hispanidad y aprovechar así las celebraciones para dar mayor realce a la apertura de la sede. Pero no fue posible. La versión oficial es que los problemas de agenda del presidente, entre ellos la elaboración del proyecto de ley de Presupuestos para 2008, le impedían posponer la inauguración una semana. Otras fuentes, sin embargo, sostienen que el Gobierno gallego prefirió evitar problemas de imagen y no correr el riesgo de que su embajada en la capital argentina viese la luz en un contexto que pusiese demasiado el acento en la identidad española y molestase al BNG.
En cualquier caso, la nueva delegada de la Xunta en Buenos Aires tendrá que hacer gala de todo su talento diplomático para que la representación de la comunidad gallega compatibilice su propia política con las relaciones que va tener que mantener con los centenares de centros, asociaciones y agrupaciones que desde hace más de cien años representan a los gallegos emigrados a Argentina. La creación misma de la oficina fue incluso objeto de ciertas tensiones con la Administración desde el mismo momento en el que la Xunta anunció su intención de hacerla realidad, porque algunas sociedades de Buenos Aires pretendían albergarla en sus propias instalaciones. La Administración gallega declinó entonces todas las ofertas y optó por levantar desde cero su primera representación en el exterior.
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