Tres jueces se han ocupado del caso en sólo siete meses
En una semana se cumplirán los siete meses de la detención y encarcelamiento del ex presidente de Anesvad, pero las investigaciones sobre el caso comenzaron hace ya más de año y medio en otras instancias. Las diligencias judiciales posteriores han permitido conocer los antecedentes.
Las indagaciones sobre la gestión de José Luis Gamarra Aranoa al frente de la ONG que puso en marcha a finales de los años sesenta comenzaron en marzo de 2006, cuando el ex empleado M. G. R. denunció de forma anónima a la Ertzaintza las presuntas anomalías cometidas por dos directivos. La Fiscalía del Tribunal Superior vasco abrió en julio de ese año una investigación sobre el asunto y, al conocer su existencia, los dos directivos que se habían apropiado de 980.000 euros se autoinculparon en el juzgado, aconsejados por sus abogados. Según fuentes judiciales, ambos negociaron la aceptación de responsabilidad y una pena de nueve meses de prisión. Sin embargo, al conocer el Juzgado de Instrucción número 8 estas gestiones a frustró el pacto y ambos pasaron a ser imputados junto al ex presidente.
El denunciante, quien llevaba tres años en la ONG, declaró ante el juez en abril pasado y rebatió las acusaciones de Gamarra, quien le acusa de actuar por venganza. Según la declaración del ex presidente, éste descubrió que el denunciante se había apropiado de 23.000 euros de Anesvad inflando gastos y dietas. Gamarra sostuvo ante el juez que, al plantearle su marcha de la entidad, el ex empleado le exigió una indemnización de 200.000 euros con la amenaza de acudir a la prensa de no concedérsela.
Movimientos de dinero
La investigación también se ha topado con la dificultad de que en siete meses ha habido ya tres jueces instructores. Para rechazar volver a tomar declaración a Gamarra, la actual titular del juzgado se ha apoyado en el auto de prisión de marzo, en el que se referían las cantidades presuntamente desviadas y se subraya que sólo él tenía poder para la disposición de la cuentas bancarias del Consulado de Filipinas, Anesvad, Misión de China y la Leprosería de Culión (Filipinas), "entre las que se producían importantísimos movimientos de dinero".
Las diligencias han servido para constatar la atípica gestión de Gamarra, más propia de una pequeña entidad que de una ONG que es la undécima en España por fondos gestionados. El ex presidente gestionaba directamente dos entidades, Misión de China y Leprosería de Culión para las que, al no tener personalidad jurídica ni CIF, utilizaba cuentas de Anesvad y del Consulado de Filipinas. El imputado asegura que en todos esos movimientos de cuentas no ha habido ninguna apropiación particular de dinero.
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