El Bellas Artes demanda 111.000 euros a Morquillas
El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha presentado en los juzgados de la capital vizcaína una demanda civil contra el artista José Ramón Sainz Morquillas (Barakaldo, 1947), al que exige el pago de 111.000 euros, por incumplimiento del contrato que ambas partes suscribieron para montar la exposición Morquillas. L'air du Temps.
La muestra iba a inaugurarse el próximo mes de octubre, ya con seis meses de retraso sobre la fecha inicialmente fijada, pero la pinacoteca resolvió anularla el pasado 4 de julio alegando "las injustificadas exigencias del artista", quien previamente había reclamado unas cantidades adicionales no previstas en el presupuesto inicial, cerrado en un acuerdo alcanzado en el mes de noviembre de 2004. Sin el pago de esas partidas, el autor veía imposible realizar la muestra.
El Bellas Artes recalcó ayer que se niega a asumir el desfase sobre el presupuesto inicial, que cifra en un 35%, y reclama a Morquillas los citados 111.000 euros en que calcula las cantidades que ya ha pagado para sacar adelante la iniciativa. La pinacoteca precisa que desde 2006 la exposición se ha aplazado tres veces debido al "retraso del artista" en realizar las obras previstas. La muestra iba a reunir una serie de obras, básicamente instalaciones que combinaban pintura, escultura, fotografía, collage y performances, creadas especialmente para la ocasión y que iban a girar en torno a las relaciones entre el arte, la política y el mercado.
"Ejercicio censor"
El artista, quien ayer no hizo ningún comentario público, aseguró en julio tras anularse la exposición que había sido censurado. Morquillas difundió entonces un comunicado en el que atribuía la suspensión, que tildaba de "ejercicio censor", a su negativa a firmar un documento en el que se le exigía que renunciase a su "palabra y al control de la exposición y los cientos de textos que la integran". El autor recalcaba que no había rebasado el presupuesto inicial ni cobrado por su trabajo.
Según Morquillas, el museo le negó los materiales que requería para realizar su obra, incumpliendo de esta forma "sus obligaciones contractuales". En contra de la versión de la pinacoteca, sus exigencias, sostuvo, "no añadían incremento alguno" a las aportaciones que se detallaban en el contrato de colaboración suscrito en 2004.
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