Rossi Stuart viaja a la infancia

Haciendo autoestop". Así empezó su carrera Kim Rossi Stuart (Roma, 1969), a los 13 años. El actor italiano, que ha sobrevivido a unos 40 rodajes, esperaba en el arcén cuando paró un señor que le hizo la pregunta del millón: "¿Te gustaría trabajar en el mundo del cine?". Para cambiar su propio destino, entonces le bastó decir "sí". Para cambiar la vida de los demás, Rossi Stuart ha tenido que aguardar mucho más tiempo y convertirse en director. Y es que Líbero, su primera película detrás de la cámara, en la que actúa también como coprotagonista, es una historia de vivencias que cambian, niños que se hacen mayores y mayores que aprenden a escuchar.

"Empecé a soñar con dirigir una película a los 16 años... Por eso, he volcado todo lo que podía en el guión y, de alguna manera, ha sido un proceso muy cómodo", explica el cineasta, que en 2006 obtuvo el premio que concede la Confederación Internacional de Cine y Artes de Ensayo (CICAE) en el Festival de Cannes. Líbero narra las tribulaciones de una familia romana: dos niños, un padre y una madre intermitente. Una mujer que les abandona. "Para mí era importante volver a la infancia, retratar esa etapa y la transición hacia la madurez. Desde luego, hay algo autobiográfico en la película. Por ejemplo, la ausencia materna pertenece sin duda a mi infancia", reconoce Rossi Stuart, hijo de un figurante de Cinecittà y de una modelo. "De todas formas, mi objetivo era despertar la niñez de los espectadores. Porque hablar de la familia supone también emprender un camino introspectivo".

Se trata de un recurso común en el cine italiano de los últimos años y que en mayo provocó las críticas de Quentin Tarantino. "Las nuevas películas italianas son deprimentes. Las que he visto en los últimos tres años me parecen todas iguales, sólo hablan de un chico que crece, una chica que crece, una pareja en crisis, padres, vacaciones para retrasados mentales... Una tragedia", declaró a la prensa. Pero Rossi Stuart, que en los ochenta y noventa protagonizó también la serie de películas de artes marciales Karate Kimura, no está de acuerdo. "A Tarantino le gusta la acción, quiere ver filmes en los que pasen cosas... Sin embargo, creo que en la vida de un chiquillo la ausencia de una madre es un evento muy importante. Es acción", cuenta.

Rossi Stuart empezó actuando en series de televisión y enseguida, ayudado por sus intensos ojos azules, se convirtió en un ídolo de las adolescentes. "Me pasaron demasiadas cosas muy rápido. Dejé el colegio tradicional y tuve que dar clases privadas", recuerda. "Después, el cine de acción, y, por ejemplo, Karate Kimura, me permitió vivir muchas experiencias". "Pero también tenía ganas de medirme con rodajes más complejos y articulados". Su oportunidad llegó con Sin piel, del italiano Massimo d'Alatri. Años más tarde, fue el momento de Las llaves de casa, de Gianni Amelio, o Romanzo Criminale, filme sobre la criminalidad organizada romana de los años setenta y ochenta, basado en la novela del juez Giancarlo de Cataldo. "Una historia llena de personajes violentos que, sin embargo, tienen una ética muy definida. Podrían haber salido de un libro de Pasolini, uno de mis directores de referencia, y eso me gusta".