El ruido constante

Los barceloneses saben bien lo que es vivir entre grupos electrógenos, esos aparatos azules que producen un ruido constante, día y noche. Los aparatos se instalaron en la ciudad tras el apagón del 23 de julio. En el momento álgido, 156 generadores funcionaban en Barcelona para garantizar el suministro eléctrico.

Ahora les ha tocado el turno a los usuarios y trabajadores de la ciudad sanitaria de Vall d'Hebron. Algunos pacientes ingresados en el área general se lamentaban ayer del ruido que provocan los 24 grupos electrógenos que están activos en todo el recinto del hospital, los cuales permanecerán como mínimo un mes, según informó la consejera de Salud, Marina Geli.

Hay opiniones para todos los gustos. Algunos pacientes aseguran que no causan molestias, mientras que otros dicen que no pueden dormir. Nuria, una de las enfermas, explica que duerme con tapones desde el apagón, una forma de ahorrarse el ruido. Junto a Nuria, un señor se queja de que no le han podido atender en la tercera planta porque un ordenador todavía no funciona. Francisca duerme en la sexta planta y espera una intervención quirúrgica. "Podemos dormir bien. Aquí se han portado bien. No tengo ninguna queja", afirma.

Raquel y Montse son técnicas de laboratorio. Tienen instalados cuatro grupos electrógenos frente al sevicio de microbiología. "Si abrimos las ventanas, el ruido es insoportable. Nos han informado de que tenemos para un tiempo, que nos mentalicemos", explican las técnicas. "Sólo esperamos que la calefacción funcione en invierno".

La Coordinadora de Usuarios de la Sanidad informó ayer de que "curiosamente" no han recibido quejas. "Nuestra preocupación ahora son las intervenciones que se han quedado fuera de programación y que, además, estaban en garantía", explica Carme Sabater, directora de la Coordinadora de Usuarios de la Sanidad. Sabater considera que ha llegado el momento: "Vall d'Hebron es un macrohospital de otra época. Necesita una muy buena reestructuración".