Las dos caras de la moneda
La crisis que afecta al mercado de crédito por los problemas en el negocio hipotecario en Estados Unidos tiene también su lado psicológico, que se ve alimentado por los miedos a los efectos que tendrán las turbulencias financieras en la poderosa banca de inversión. Los primeros resultados de las grandes firmas de Wall Street revelan que están capeando el temporal financiero de manera diferente, en función de su exposición a las hipotecas de alto riesgo (subprime).
Lehman Brothers fue la primera en dar a conocer el estado de sus cuentas trimestrales, en las horas previas a la sorprendente decisión de la Reserva Federal. Las ganancias de la entidad cayeron un 3,2% durante el tercer trimestre, en gran parte debido a las cargas asociadas a la reestructuración de su filial hipotecaria. Sus cifras sentaron bien al parqué, que temía que se viera fuertemente azotada por la crisis al ser un banco más pequeño que sus rivales.
Morgan Stanley sufrió un impacto mayor al registrar una caída de su beneficio del 17% como consecuencia de las apuestas de inversión equivocadas hechas por sus fondos especulativos (hedge funds). Y es que como señalan desde la entidad neoyorquina, la segunda más poderosa de Wall Street, están navegando por unas aguas que no se habían visto tan turbulentas en años, lo que explica que sus resultados fueran peor de lo esperado.
Bear Stearns es la que está acusando los mayores problemas por su exposición a las hipotecas subprime, al registrar una caída en las ganancias del 61%. El clima, dicen, es extremadamente difícil. Goldman Sachs, el banco de inversión más poderoso del mundo, por el contrario, registró un aumento en el beneficio del 79%, a pesar de las duras condiciones en el mercado, superando ampliamente todas las previsiones. Su fuerte está en el asesoramiento de operación de fusión y adquisición, y en las apuestas en el mercado de divisas.
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