Fujimori llega a Perú para ir al banquillo
Un avión de la policía peruana viajó a Chile para recoger al ex presidente acusado de varios delitos
En un avión especial de la policía de su país, que despegó del aeropuerto de Santiago a las 8.55 de ayer (14.55 en la España peninsular), el ex presidente peruano Alberto Fujimori llegó ayer a Lima, donde deberá enfrentarse a los cargos recogidos en el fallo de extradición: uno de violación de los derechos humanos -que es el más grave: 25 crímenes, en dos matanzas diferentes- y seis de corrupción. El vuelo efectuó escalas en Antofagasta (Chile) y Tacna (Perú) antes de que el ex mandatario aterrizara en la base aérea de la Las Palmas en Lima a las 16.40 hora local (23.40 en la España peninsular).
La sociedad peruana está polarizada entre partidarios y detractores del ex presidente
Después fue trasladado en helicóptero a la sede la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (Diroes), situada al este de Lima, donde ha quedado recluido. El ministro de Interior de Perú, Luis Alba Castro, informó de que permanecerá en esas dependencias durante tres semanas hasta que se resuelva su situación.
La primera decisión que deberá tomar la sala que juzgará a Fujimori en Perú es si lo mantiene en prisión, le otorga arresto domiciliario o le permite asistir a los juicios en calidad de reo libre. Los partidarios de Fujimori adelantaron que sus abogados pedirán que el ex presidente no sea encarcelado. "No vamos a aceptar arrestos", declaró su hija Keiko Sofía, que también es congresista. "Vamos a pedir que sea juzgado en libertad", añadió.
La noche del viernes pudo percibirse la polarización que genera Fujimori en la sociedad peruana y que se agudizará ahora con la presencia del procesado en el país. Mientras los familiares de las víctimas de los crímenes que se le imputan y activistas por los derechos humanos acudieron a la Embajada de Chile en Lima en gesto de agradecimiento por el fallo de extradición, un nutrido grupo de simpatizantes del ex presidente acudió al aeropuerto de Lima, adonde se presumía que llegaría el avión que lo transportaba desde Chile.
Fujimori, que hasta ayer era prófugo de la justicia de su país, abordó el avión Antonov de fabricación rusa sin esposas ni apremios, vestido con una gabardina negra y camisa blanca. La policía chilena trasladó al ex gobernante en un helicóptero desde su residencia situada en un elegante barrio de Santiago y al aeropuerto, donde lo entregó a Interpol y a la comitiva peruana encabezada por el director de la policía, general David Rodríguez.
Tras permanecer 695 días en Chile y casi siete años después de abandonar abruptamente la presidencia de Perú y partir a Japón, Fujimori lucía un aspecto desenvuelto y tranquilo. Dio la mano a los funcionarios policiales y subió la escalerilla del avión sin mirar hacia atrás. En las entrevistas realizadas después del fallo de la Corte Suprema en el que se concedía su extradición, Fujimori trató de presentar su derrota judicial como algo que estaba previsto, que formaba parte de su estrategia de regreso, porque le ha permitido reducir el número de causas que enfrentará en los tribunales limeños. El diario peruano El Comercio calificó ayer esta declaración de "cínica, absurda y risible".
Un médico lo examinó en Chile antes de subir a bordo del avión. Durante el vuelo, el mandatario se sintió indispuesto debido a una baja de la tensión arterial.
La policía chilena había informado en la víspera de que Fujimori iba a ser trasladado en avión desde Santiago a Arica y después por tierra hasta la frontera norte de Chile, que se encuentra a 15 kilómetros. Incluso un helicóptero llegó a aterrizar en la tarde del viernes en el condominio donde estaba el ex gobernante, pero despegó sin él. Las autoridades peruanas pidieron a las chilenas mayores medidas de seguridad en el traslado. Al anochecer del viernes la ruta fue modificada y las cancillerías de ambos países acordaron que iría un avión especial de la policía peruana a buscar a Fujimori, que aterrizó a las 2.26 de la madrugada en Santiago
[8.26 de la mañana en la España peninsular].
Con el fallo de extradición, unánime en las causas de derechos humanos y de corrupción, la partida de Fujimori a Lima provocó en Santiago una sensación de alivio. El Gobierno se quitaba un problema de encima El ex gobernante peruano entró en Chile en noviembre de 2005, cuatro meses antes del final del mandato de Ricardo Lagos, debido al error de un policía que no lo reconoció y lo dejó pasar sin verificar si tenía una orden internacional de captura.
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