Sanidad afronta una nueva 'guerra laboral'
Osakidetza impondrá por decreto las condiciones de trabajo si los sindicatos rechazan el acuerdo
Cuando parecía que la sanidad vasca había logrado sofocar su último conflicto laboral y tener algo de paz, el incendio se halla a punto de prender de nuevo. La mayor empresa de Euskadi, con casi 26.000 trabajadores, vive desde hace tres años en permanente conflicto laboral. En junio, el departamento cerró un acuerdo con el Sindicato Médico de Euskadi (SME) que ahora puede costarle muy caro. La guerra laboral amenaza con rebrotar hoy en la reunión de la mesa sectorial, en la que Osakidetza y los sindicatos se verán las caras para intentar cerrar un acuerdo sobre las condiciones laborales de toda la plantilla. Las dos partes acuden con posturas dispares y con descalificaciones de las centrales muy duras al acuerdo cerrado con el SME
La sanidad vasca, uno de los principales escaparates de la gestión del Gobierno autónomo, vuelve a hallarse en el disparadero. Osakidetza asegura que se presenta hoy a la tercera reunión de la mesa sectorial que reúne a ambas partes (las dos anteriores se celebraron en junio pasado), tras mantener múltiples citas bilaterales, con los "deberes hechos". Al menos, eso sostiene su director de Recursos Humanos, José Andrés Blasco, quien advierte a las centrales de que hoy es la fecha límite para cerrar el acuerdo sobre las condiciones laborales para los próximos dos o tres años. De lo contrario, se impondrán por decreto.
El Servicio Vasco de Salud llevará a la mesa dos cuestiones fundamentalmente. Por una parte, una oferta para extender la carrera profesional a todos los colectivos de trabajadores de la red pública, similar en su diseño a la que tienen médicos y enfermeras, pero muy diferente en cuanto a las retribuciones previstas.
Osakidetza no tiene obligación legal de dotar de una carrera profesional a colectivos como las auxiliares de enfermería, los celadores, técnicos o administrativos, que en total suman unas 14.000 personas. Sin embargo, el deseo del departamento es que "todos dispongan de esta herramienta para su progresión personal y laboral", explica Blasco a EL PAÍS.
La segunda cuestión que el Servicio Vasco de Salud llevará a la reunión es el acuerdo que alcanzó en junio de manera bilateral con el Sindicato Médico y que le permitió apaciguar a este colectivo (cerca de 4.500 profesionales), que incluso había ido a la huelga el día 8 de ese mes en demanda de mejoras laborales. Osakidetza cifró el seguimiento de ese paro en el 21%. Ambas son las principales propuestas, a las que suman otras como la reforma de la atención primaria y medidas para favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar.
"Se trata de unas propuestas serias. Aquí no se regala nada. Si los sindicatos no las aceptan, tendrán que explicar a los trabajadores por qué las rechazan. Ya hemos mantenido muchas conversaciones y el tiempo de la negociación se acaba", recalcó Blasco. El paquete va indisolublemente unido: si no se acepta el acuerdo con el SME, no se extenderá la carrera profesional, y viceversa.
Un ejemplo de que la reunión no va a ser en ningún caso de guante blanco es la concentración que todos los sindicatos (a excepción del SME) secundarán ante la sede de Osakidetza en Vitoria media hora antes de la reunión para mostrar su malestar con "la actitud negociadora" del departamento.
Los puntos de reivindicación que presentan los sindicatos resultan completamente dispares y, aunque a la larga tal vez se pudiera lograr un acuerdo en los términos de la carrera profesional, las centrales albergan un profundo malestar con el Servicio Vasco de Salud por la forma en que ha negociado con el Sindicato Médico, al margen de la mesa sectorial (el SME supone el 10% de ésta). La herida parece difícil de curar y de cicatrizar.
"Falta de respeto"
Para las centrales, este pacto tendrá "graves" consecuencias en la negociación colectiva y en el propio modelo sanitario público, pues trata de "imponer al resto un acuerdo que rompe de manera unilateral las normas básicas de la negociación colectiva, faltando al respeto" al resto de centrales. Además, tachan de "chantaje" el que Osakidetza pretenda imponer la ratificación de este acuerdo para poder debatir la firma de un hipotético acuerdo general. "O tragamos y ratificamos este acuerdo y sus contenidos en la mesa sectorial, o no hay posible firma en el resto de contenidos", protesta ELA, sindicato mayoritario.
Las centrales redoblan así su presión sobre Osakidetza para negociar las condiciones laborales, algo que ya hicieron en junio cuando expusieron ante la Comisión de Sanidad del Parlamento sus reivindicaciones, justo un día antes de que se celebrase la primera reunión de la mesa sectorial. Estos precedentes y la conflictividad laboral que arrastra Osakidetza desde la pasada legislatura, con varios episodios de huelgas, no invitan al optimismo.
En medio de esta polémica, se encuentran los pacientes y usuarios de hospitales y centros de salud, que han sufrido en los tres últimos años paros y huelgas de todo tipo. Las principales centrales han intentado paralizar varias veces el sistema con huelgas generales y parciales, mientras que en otras ocasiones han sido las enfermeras y la Federación de Facultativos de Hospitales los que han protagonizado huelgas de celo, alargando los procesos.
400.000 vacunas contra la gripe
Sanidad prevé repartir cerca de 400.000 vacunas en la nueva campaña contra la gripe, que se extenderá entre el próximo lunes y el 31 de octubre y cuenta con un presupuesto de 1,5 millones de euros. El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, recordó ayer al presentarla que la campaña se dirige a los mayores de 65 años, los menores de esa edad que sufran patologías crónicas y los trabajadores sanitarios y de servicios sociales. La cobertura de la vacunación se acercó el año pasado al 70% de los mayores de 65 años.
Las centrales anuncian un "otoño caliente"
"Se presenta un otoño caliente". Así de contundente se expresa Arantza Agote, responsable del área sanitaria de UGT al prever lo que le espera a la sanidad pública en los próximos meses en cuanto a movilizaciones laborales. "Osakidetza trata de acallar con la generalización de la carrera profesional a todos los colectivos los verdaderos problemas del sistema", destaca.
Las centrales que hoy se sentarán frente a la dirección de Osakidetza exigen más inversiones para la sanidad vasca, un aumento de la plantilla y que se reconozca a todos los trabajadores la posibilidad de mejorar de nivel y de salarios en función de los méritos, opción que se conoce como carrera profesional.
Los sindicatos pretenden que se revisen las dos carreras que actualmente se encuentran en vigor (la de los médicos y las enfermeras) y piden que a la hora de aplicarlas no se hagan distinciones entre fijos e interinos.
Encarnación de la Maza, portavoz del Sindicato de Enfermería (Satse), recuerda que la carrera profesional de las enfermeras se "impuso" contra la voluntad de las mismas, que la rechazan abiertamente. "Lo que no vamos a hacer ahora es refrendar ese modelo de carrera, que es malo, en una mesa sectorial". Según De la Maza, lo que debería hacer Osakidetza es aplicarse en la elaboración de una relación de puestos de trabajo (RPT), algo que en estos momentos no existe. "Se trata de que se realice una valoración funcional de cada puesto de trabajo y se aplique un complemento específico para cada plaza". En estos momentos, ese complemento ya existe, pero De la Maza puntualiza que "Osakidetza lo aplicó en su momento de una forma arbitraria y sin valoración previa de cada puesto".
Para De la Maza hay otra cuestión que resulta fundamental: el rejuvenecimiento de la plantilla, que ya acusa un importante desgaste. "Hay dos leyes básicas a nivel estatal que permiten la jubilación anticipada de los trabajadores y la salida parcial del sistema. Hay que explorar sus posibilidades".
Mientras, ELA rechaza de manera contundente el acuerdo suscrito por Osakidetza con el Sindicato Médico, hasta el punto de que incluso se lo remitirá al Ararteko como denuncia de una vulneración de la negociación colectiva dentro de la Administración, al cerrar un acuerdo al margen de la mesa sectorial de negociación. Para el sindicato nacionalista, el contenido del acuerdo con el SME resulta "inasumible", por el fondo y por las formas, pero principalmente por los efectos de su contenido en el modelo sanitario público, ya que "establece los pasos previos necesarios para la privatización del sistema".
De esta forma, cita la extensión del complemento de exclusividad para todo el personal facultativo, que hasta sólo cobraban los médicos que trabajaban en la pública. Por otra parte, ELA apunta que se abre las puertas a la autoconcertación (operar por las tardes, fuera del horario laboral de los médicos) en Atención Primaria. "En lugar de asumir una ampliación seria de la plantilla, se amplían las jornadas de los médicos o se reduce el tiempo dedicado para los pacientes ya programados".
LOS PUNTOS DEL CONFLICTO
Acuerdo que plantea Osakidetza:
- Extender la carrera profesional a todos los colectivos profesionales, aunque no tiene obligación legal para ello. Afectaría a casi 14.000 trabajadores.
- Ratificar el acuerdo con el Sindicato Médico, que mejora la retribución de las guardias, extiende el complemento de exclusividad a todos los médicos, incrementa la plantilla y revisa la carrrea profesional que en su momento aprobó Sanidad.
- Reformar la atención primaria, reduciendo el número de pacientes por facultativo: de los 1.800 actuales a 1.650 en julio de 2008 y 1.500 en diciembre de 2009.
Reivindicaciones sindicales:
- Valoración funcional de los puestos de trabajo y adjudicación del complemento de productividad correspondiente.
- Revisar el modelo de carrera profesional de enfermería y médicos.
- Aumento de las retribuciones previstas en las carreras del resto de colectivos.
- Aumentar y rejuvenecer las plantillas.
- Revisar las cargas de trabajo de los servicios.
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