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Las molestias del ruido

La justicia obliga al Ayuntamiento a permitir música en los bares hasta el cierre

Una sentencia anula la obligación de interrumpir el sonido media hora antes en la madrugada

Daniel Verdú

A altas horas de la madrugada, media hora puede dar para mucho. Un último intento para conseguir el beso que se resistía, un baile con los hits de la noche y también para hacer algo más de caja al otro lado de la barra, una última copa. Esto último es lo que ha conseguido la Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid, conocida como La Viña. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha dictado una sentencia que anula un artículo de la ordenanza municipal aprobada a finales de 2004 que obligaba a los bares y discotecas que cierran a partir de las tres de la mañana a interrumpir la música media hora antes de la clausura obligatoria.

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Así, unos 5.000 locales de ocio nocturno que estaban afectados por esta medida podrán apurar los últimos compases de la noche hasta la hora oficial de la bajada de persiana. Además,

la sentencia le dice al Ayuntamiento que no puede alterar las horas de actividad de los establecimientos, ya que es competencia de la Comunidad de Madrid.

La ordenanza de protección acústica, aprobada con el respaldo de los tres grupos políticos municipales, establecía en su artículo ahora anulado que los "bares especiales" (pubs que cierran a las tres de la madrugada de domingo a jueves, y a las tres y media, los viernes, sábados y vísperas de festivo) y las discotecas (cierran a las cinco y media de domingo a jueves, y a las seis, los viernes, sábados y vísperas de festivo) tenían que detener la música media hora antes de la hora de clausura. El objetivo de esa medida era evitar molestias a los vecinos con un desalojo escalonado de los locales. La decisión se tomó en un contexto de fuertes protestas por el ruido en las zonas de bares de copas, sobre todo en el momento de cierre, y el de los grupos de bebedores callejeros. Un año antes se había aprobado la llamada ley del botellón para impedir la ingesta de alcohol al aire libre.

Los empresarios de los bares de copas y discotecas denunciaron desde el principio que la obligación de cesar la música media hora antes de la fijada para el cierre suponía una pérdida económica muy importante en el tramo de máxima actividad de la noche. Unos treinta minutos en los que se dejarían de ingresar cantidades que La Viña cifra en hasta el 20% de la facturación total de la jornada. Por eso, los afectados recurrieron al TSJM la ordenanza municipal en 2005.

"Apagar la música y encender las luces del local significa el final de la actividad de esa noche", señala Juan José Blardoni, gerente de La Viña, muy satisfecho con la sentencia. "Si un establecimiento tiene su licencia, es que cumple todos los permisos y posee la insonorización debida para no molestar a los vecinos. Se trata únicamente de que el desalojo se produzca de manera ordenada", insiste Blardoni.

Para ello, la Comunidad de Madrid ya incluyó un apartado en su Ley de Espectáculos que permitía que los bares y discotecas mantuvieran abierto el local, sin música ni copas, entre 30 y 45 minutos más tras el cierre. Por ello, la medida restrictiva del Ayuntamiento, según los hosteleros de la asociación La Viña, carecía de motivos medioambientales.

La sentencia del TSJM recuerda al Ayuntamiento que "las competencias reguladoras en materia de horario de apertura y cierre de establecimientos corresponden a la Comunidad de Madrid". Y añade que "no se puede confundir" la protección ambiental "con la potestad administrativa para restringir el funcionamiento de los equipos de sonido de que estén dotados los locales, ya que ello conllevaría, indirectamente, un cierre anticipado del local".

El cese de la música media hora antes del cierre se ha aplicado durante este tiempo a rajatabla, según los empresarios. Pero el Ayuntamiento asegura que no se ha sancionado a nadie por no cumplirlo. "La actuación de la Policía Municipal ha sido severa. Estamos permanentemente vigilados. No entramos a valorar si es excesivo, pero pedimos que la ley sea igual en toda la Comunidad de Madrid, y hasta ahora no lo era", dicen en La Viña.

Tras la aprobación de la ley del botellón se planteó el debate en Madrid sobre si debían modificarse los horarios de los locales para preservar el descanso de los vecinos. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, dijo lo siguiente: "Los horarios actualmente establecidos sirven. Lo que tenemos que erradicar son las molestias que pueden causar durante las horas de sueño. Si los jóvenes cobran conciencia de que su ocio no tiene por qué ser una actividad molesta para los demás, esa convivencia se puede alcanzar sin modificar los horarios".

El Ayuntamiento descartó ayer recurrir la sentencia, según un portavoz del área de Medio Ambiente. Así que, a partir de ahora, la banda sonora de la noche de Madrid durará media hora más.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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