_
_
_
_
_

El arzobispo alerta contra "el intento de monopolizar el conocimiento"

García-Gasco evita pronunciarse sobre Medicina en la apertura de la Universidad Católica

Ignacio Zafra

El arzobispo Agustín García-Gasco evitó ayer avivar la polémica sobre la implantación de la carrera de Medicina en la Universidad Católica de Valencia, en la que ocupa el cargo de Gran Canciller. Después de haber mantenido un duro tono verbal contra el Gobierno por su negativa a dar vía libre a la titulación, el prelado optó por un perfil bajo en la misa que ofició en la apertura de curso de la universidad privada. Alertó, sin embargo, contra "los intentos de monopolizar el conocimiento desde un grupo social, ni desde un único modo de organización administrativa".

El lunes, a la salida del Consejo de Universidades, el consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, subrayó el "buen clima" que había percibido en el Ejecutivo ante la posibilidad de encontrar una salida que cumpliera la legalidad para la carrera de Medicina del centro del arzobispado. García-Gasco sostuvo durante meses, antes del verano, el desafío de implantar la carrera este curso a pesar de que resultaba imposible lograr la homologación del título y del plan de estudios antes de que acabara la reforma universitaria que debe adaptar el sistema español al estándar europeo.

Font de Mora mencionó el ambiente de entendimiento que él y los representantes de la Católica encontraron hace unas semanas en la reunión que mantuvieron en Madrid con altos cargos del Ministerio de Educación. El consejero planteó también la posibilidad de que un título no oficial (Introducción a las Ciencias de la Salud), que empezarán a estudiar 60 alumnos, pueda ser reconvertido en diciembre en carrera de Medicina una vez que el Gobierno levante la suspensión de homologaciones vigente.

En ese contexto, el arzobispo se mostró ayer prudente en su intervención ante los profesores de la universidad en la ceremonia que tuvo lugar en la sede de la Católica de la calle de Guillem de Castro. "La persona humana", afirmó, "es el centro de la vida social y sólo aquellas maneras de organizarse que respeten su verdadera dignidad y su libertad contribuirán decisivamente al bien común de nuestra sociedad, a la profundización de una verdadera democracia".

Con esa declaración, el aviso ante las tentativas administrativas de monopolizar el conocimiento, y el mensaje de que una universidad nunca será católica sólo porque lo lleve escrito en el "rótulo o en la marca" -que pudo interpretarse como una puya hacia su competidora natural, la Cardenal Herrera-CEU, cuyo rector, José Alberto Parejo Gámir, estaba sentado cerca de él- se acabaron los aspectos potencialmente polémicos de su intervención. García-Gasco dedicó el resto de la misa a cuestiones religiosas.

La diputada de IU en el Congreso, Isaura Navarro, pidió por su parte al Gobierno que no autorice el cambio de estatus de los estudios de la salud de la Católica. Hacerlo, declaró, equivaldría a "amparar una actuación contraria a la legalidad y una burla a los requisitos más básicos que debe tener un centro de enseñanza".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_