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El teatro de 'El clan de la morera'

El grupo de vecinos de Chamberí que se formó para defender el uso público del parque de Santander se autoparodia en la sala Clamores

Francesco Manetto

"Tenían picos y palos. No hicieron nada, pero podrían haberlo hecho... y además, ese señor me miraba mal". El denunciante no tiene dudas. Esa hermosa morera de dos metros y medio se convirtió así en delito. El juez no fue de la misma opinión, y absolvió a esos cinco señores que decidieron plantar el árbol en el Parque de Santander, ubicado en el barrio de Chamberí. Porque, en palabras de uno de los acusados, "no supone ninguna falta de respeto plantar un árbol en una zona invadida por 50.000 metros cuadrados de plástico". En el juicio hubo debate, momentos surrealistas e incluso canciones, como la versión de Amo a Laura, convertida en Amo al parque, e interpretada por dos señoras.

Anoche el tribunal estaba instalado en el escenario de un local del barrio

Eso pudo ocurrir porque anoche el tribunal estaba instalado en el escenario de la sala Clamores, pero todo lo demás era cierto, o casi. Se trataba de la reconstrucción del juicio al auto denominado Clan de la morera. Este grupo de vecinos de Chamberí decidió plantar efectivamente, a principios de mayo, una morera en el parque de Santander, convertido ahora en club de golf por el Canal de Isabel II, como forma de protesta contra esa iniciativa. El vigilante del parque les denunció y el Canal les llevó a juicio. Tras la absolución del juez, decidieron convertir esa hora y media que pasaron en el banquillo en una obra de teatro. Les animó Ilda Fava, actriz de origen argentino y hoy vecina del barrio, quien escribió también el guión que anoche unas 300 personas acogieron con un largo aplauso.

"Por fin se ha hecho justicia, ha ganado la cordura", comentaba sentada en la primera fila Elena Gusano. "He nacido en Donoso Cortés, y cuando era pequeña los depósitos de agua eran muy distintos. Esta historia es el colmo, el parque debería ser público", apuntó. Carmen Mikel Arena, vecina de Chamberí desde hace 18 años, en cambio, ayer se interpretó a sí misma: "Ha sido muy divertido, porque hemos ido incorporando recuerdos de ese día en que plantamos el árbol y del juicio", recordaba antes de apuntar: "Por supuesto seguiremos adelante con la protesta". Los actores y protagonistas del caso, sin embargo, tuvieron que adaptarse a las exigencias del guión. Francisco Osanz, por ejemplo, interpretó con un toque de ironía al abogado del Canal de Isabel II. La concejala del PSOE del distrito de Chamberí, Carmen Sánchez Carazo, hizo de secretaria del juez; Raúl interpretó a un indigente que figuraba entre los acusados, y al que sin embargo se negó el acceso a los juzgados de la plaza de Castilla, el pasado mes de julio.

Entre los espectadores había amigos, familiares, miembros de la plataforma vecinal Parques Sí y representantes del grupo socialista como Diego López Garrido, David Lucas y Ángeles Álvarez. Pero sobre todo gente que vive o trabaja en el barrio. Es el caso de Francisco Cervantes, quien no está de acuerdo con la nueva gestión del parque: "Hay un campo de fútbol y para reservar un partido hay que pagar 100 euros, exactamente el doble que en cualquier otro campo municipal", comentaba.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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