Los colegios recibirán ayudas públicas para abrir fuera de horario

El Gobierno gallego pretende ampliar los horarios de los centros escolares para que permanezcan abiertos fuera del periodo lectivo y puedan ser aprovechados por los alumnos para desarrollar diferentes actividades. El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, avanzó ayer en la inauguración oficial del curso escolar que su departamento ofrecerá ayudas a todos los ayuntamientos que lo deseen para que los colegios mantengan abiertas sus puertas al finalizar las clases, una experiencia que ya se ha llevado a cabo de forma experimental en algunos colegios ubicados en las ciudades durante el pasado año.

No fue el único anuncio que llevó el jefe del Ejecutivo al estreno del CEIP Agra do Muíño de Ortoño, en el municipio de Ames, cerca de Santiago. Touriño prometió incrementar hasta 2.500 las becas para que los alumnos de Secundaria y Bachillerato puedan viajar al extranjero a aprender idiomas. El presidente recordó que la gratuidad de los libros de texto en la enseñanza obligatoria ahorrará 200 euros a cada una de las más de 145.000 familias que se beneficiarán de la medida impulsada por la Xunta y enumeró otra serie de programas impulsados por Educación como la multiplicación de la figura del acompañante en el transporte escolar.

La conselleira de Educación, Laura Sánchez Piñón, reivindicó la escuela como una "fábrica de pensamiento" y pidió la implicación de las familias en el proceso de socialización y de aprendizaje de los más jóvenes.

Cuando llegó su turno en los discursos, el director del centro, José Antonio Pardo, reclamó de las autoridades un pacto por la educación "para que el sistema no acabe hecho añicos" y lamentó que los padres acostumbren a "descargar sobre la escuela la función de la familia". Pardo reivindicó la autoridad y el trabajo de los profesores y se quejó de los "umbrales de sacrificio" de los alumnos, que muy habitualmente se apuntan a la moda del "éxito fácil".

A la inauguración del flamante centro de Ames acudió Touriño junto a Laura Sánchez Piñón y un buen número de altos cargos de la Xunta a bordo de un autobús del transporte escolar para sorpresa de los alumnos que ayer acudían a clase por primera vez. La comitiva, de unas treinta personas, recorrió las instalaciones del colegio con parada en el comedor, la cocina, que sirve también los menús al resto de centros escolares del municipio coruñés, y el aula de informática donde una docena de chavales ensayaba ejercicios de educación física en los ordenadores.

Después de descubrir la placa conmemorativa, el séquito presidencial buscó la foto entre los pupitres más pequeños junto a los alumnos de Infantil. Algunos de ellos, asustados, respondieron con llantos al revuelo montado por la comitiva y los fotógrafos y camarógrafos de televisión que la acompañaban.

Fuera, medio centenar de manifestantes del sindicato CIG protestaron para reclamar la reducción del horario de verano de los profesores durante los meses de junio y septiembre.