Un sabotaje contra gasoductos en México obliga a la evacuación de 12.000 personas

Varias explosiones dañaron ayer seis tramos de gasoductos de la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) en distintos puntos del sureño Estado mexicano de Veracruz, una acción que el Gobierno ha calificado de atentado político. El gobernador veracruzano, Fidel Herrera, dijo que las explosiones no causaron daños personales, pero las autoridades evacuaron a 12.000 personas de comunidades cercanas a los puntos siniestrados. Los sabotajes no han sido reivindicados, pero todo apunta al Ejército Popular Revolucionario (EPR), una oscura guerrilla que ya en julio atentó contra Pemex.

Las explosiones se registraron a las dos de la madrugada (nueve de la mañana, en la España peninsular) y destruyeron varias válvulas de distribución en seis puntos de la red, en los municipios de Actopan, Zempoala, Maltrata y Cuitláhuac, donde fueron evacuados unos 12.400 habitantes como medida preventiva. Casi al mismo tiempo, otro estallido dañaba los dispositivos de limpieza del gasoducto de la estatal Pemex en el paraje Las Delicias, del Estado central de Tlaxcala. El siniestro destruyó un pequeño tramo del gasoducto. Las autoridades no han informado si se trató también de un acto premeditado.

A raíz de las explosiones, cuya potencia ha sido considerada como fuerte por las autoridades, se produjeron cuatro incendios y dos fugas que, según la empresa, están controlados. El suministro de gas natural ha quedado suspendido en varias zonas. Pemex indicó ayer que utilizará camiones cisterna, centros de almacenamiento y reservas de gas para reanudar el abastecimiento en los municipios afectados.

Desde Nueva Delhi, donde se encuentra de visita oficial a India, el presidente mexicano, Felipe Calderón, condenó "todo acto de violencia y a quienes la practican y proponen". "En México no hay espacio para estas manifestaciones, quienes las hacen atentan contra la democracia", añadió. Las autoridades anunciaron que actuarán "con toda energía para encontrar a los responsables", y no descartan que se trate del EPR, una guerrilla que en julio realizó atentados similares en instalaciones de Pemex en Guanajuato y Querétaro. El EPR reclamó entonces la aparición de dos de sus dirigentes, supuestamente detenidos durante las revueltas de mayo en el Estado de Oaxaca. Las autoridades niegan que esos dirigentes clandestinos del EPR estén en sus manos. La Secretaría de Gobernación (Ministerio del Interior) dijo ayer en un comunicado que "las demandas políticas deben ser resueltas con apego a la legalidad".