La catedral, el metro y sanear el área de Bilbao

La financiación de la Unión Europea ha contribuido de una manera significativa al desarrollo económico el País Vasco en los últimos 15 años. Hasta hace poco, resultaba habitual ver en los paneles de información de las obras las referencias a las ayudas comunitarias, una estampa que ya ha comenzado a desaparecer con el nuevo reparto de fondos aprobado en diciembre pasado para el septenio 2007-2013.

Desde que España ingresó en 1986 en la entonces Comunidad Económica Europea, Euskadi ha recibido cerca de 3.800 millones de euros en ayudas de Bruselas, tanto las estructurales como las de cohesión. Estas últimas son las destinadas a los países más pobres y permiten costear hasta el 80% del gasto de un proyecto concreto. El datos figura en el libro La mayor operación de solidaridad de la historia:crónica de la política regional de la UE en España, editado por la Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas.

Hasta 1999, el importe de las ayudas comunitarias rondó los 2.100 millones de euros. Además del fondo Feder, del que se han recibido alrededor de 950 millones, existen otras líneas de subvención, como el Fondo Social Europeo (FSE), que hasta 1999 aportó 672,7 millones para facilitar la inserción profesional de parados de larga duración, jóvenes y personas excluidas. Del Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agraria (FEOGA) llegaron 319 millones para adaptar las estructuras del sector primario.

En el periodo 2000-2006, las partidas europeas han contribuido, entre otros capítulos, a la ejecución del Plan Integral de Saneamiento del área metropolitana de Bilbao, la mayor inversión pública medioambiental en Euskadi, con un coste total que ascenderá a 764 millones de euros cuando esté prácticamente finalizado el año próximo.

El Puerto y los residuos

Junto a esta actuación, se han beneficiado, por ejemplo el metro de Bilbao, el desdoblamiento de la N-I en el alto de Etxegarate, la restauración de la catedral vieja de Vitoria, la red de bidegorris abierta en Guipúzcoa o la puesta en marcha de escaleras mecánicas en Eibar.

En el caso de los fondos de cohesión -un dinero que recibe cada Estado y lo distribuye a su antojo-, en los últimos siete años se han incluido para el País Vasco un total de 36 proyectos valorados en conjunto en más de 290 millones de euros, que han recibido una ayuda de 199,7 millones. Entre ellos destacan los 17,7 millones para la ampliación del Puerto de Bilbao (la construcción del muelle 3, que ya se encuentra operativo), los 14 millones para acondicionar el vertedero de residuos de Artigas, donde se depositan los desechos de la capital vizcaína, o los 10,9 millones dirigidos a una planta de tratamientos de residuos en Vitoria.

La mayoría son obras de saneamiento, aunque esa treintena también incluye estudios de impacto ambiental o de viabilidad económica, precisos para que al final se acometan los proyectos.