Al Qaeda amenaza con atacar los gasoductos y oleoductos de Argelia
La rama magrebí de Al Qaeda se ha fijado un nuevo objetivo: golpear al sector energético en Argelia. Con tal propósito ha anunciado la creación de una brigada "encargada de destruir los oleoductos y gasoductos" de un país que vive de sus exportaciones de hidrocarburos y que es además el primer proveedor energético de España e Italia.
Cuando todavía se llamaban Grupo Salafista de Predicación y Combate (GSPC), los terroristas argelinos eran poco comunicativos. Desde que en enero adquirieron, con la "bendición" de Osama Bin Laden, el nombre de Al Qaeda en el Magreb Islámico no cejan de publicar comunicados y colocar vídeos en Internet.
La semana pasada anunciaron en una de sus páginas web una reestructuración para superar las "dificultades estructurales" que lastran su "lucha contra el régimen argelino y su ejército asesino". Consta de cinco medidas entre las que destaca su anuncio de poner en pie un grupo que ataque las instalaciones energéticas.
Las demás consisten, básicamente, en repartir a sus fuerzas en nueve zonas geográficas correspondientes a las demarcaciones militares de Argelia, en crear una unidad de inteligencia encargada de reclutar a combatientes y desenmascarar a los espías infiltrados en sus filas y, por último, en reforzar el aparato propagandístico.
Desde que hace ocho meses el GSPC se convirtió en Al Qaeda se han producido en Argelia cuatro atentados contra instalaciones energéticas o los que las construyen. El 3 de marzo un artefacto explosivo estalló en Ain Defla junto a un autobús que transportaba a trabajadores de la empresa rusa Stroy Trans Gaz. Un técnico ruso resultó muerto.
A mediados del mes de abril fue atacado en la provincia de Jijel un gasoducto regional. Dos meses después le tocó el turno al gasoducto que alimenta las ciudades de Tizi Ouzou y Bouira. Dos guardias de seguridad que lo custodiaban murieron en la refriega. A finales de junio varias bombas colocadas en la vía férrea estallaron incendiando los vagones de un tren que transportaba gasolina.
En los ocho primeros meses de este año han muerto 297 personas en Argelia a causa de la violencia terrorista, según un balance elaborado por la prensa argelina. Esta recoge con precisión las bajas en las filas islamistas, pero los ministerios de Interior y Defensa apenas proporcionan datos sobre sus caídos por lo que el balance puede quedarse corto.
"El sector de la energía en Argelia goza de seguridad", sostiene, no obstante, Geoff D. Porter, consultor que analiza los riesgos en países emergentes, en un artículo publicado a finales de junio en Terrorism Monitor. "El Estado es consciente desde hace tiempo de que el sector energético es vital para la economía del país y ha tomado medidas para protegerlo", añade. Chakib Khelil, el ministro de Energía, aseguró en junio en Londres que el terrorismo no perturbará el desarrollo de su sector.
A diferencia de Irak, donde los pozos petroleros están en zonas densamente pobladas, en Argelia se concentran en el sur semidesértico y son más fáciles de defender. En opinión de Porter el único punto débil de la exportación de hidrocarburos son los puertos de Argel, Orán, Arzew y Skikda todos ellos colindantes con zonas urbanas. Solo el de Bejaia ofrece buenas condiciones de seguridad.
Hace ya 12 años los Grupos Islámicos Armados, los terroristas que asolaron Argelia en la década de los noventa, anunciaron su intención de golpear los recursos energéticos, pero no lo consiguieron. A principios de esta década prácticamente desaparecieron y fueron sustituidos por el GSPC para el que ese sector no fue una prioridad hasta que se adhirió a Al Qaeda.
Argelia produce a diario 1,37 millones de barriles de crudo y, al año, 65.000 millones de metros cúbicos de gas. Su principal cliente es EE UU, seguido por Italia y España. La tercera parte del gas que se consume en España es importado del vecino magrebí.
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