Los países de Kioto renuncian a fijar una nueva cuota de CO2
Los objetivos de reducción para 2020 quedan como meros indicadores en Viena
Los objetivos de reducción de emisiones para 2020 discutidos esta semana en Viena por los países que han ratificado el Protocolo de Kioto han quedado como meros recordatorios de lo que sería deseable para estabilizar el clima en el texto de compromiso alcanzado en la tarde de ayer en la reunión convocada por la ONU. Con vistas a la reunión de Bali en diciembre, no se presentarán objetivos concretos, aunque Europa mantiene su postura de reducir al menos un 30%.
Ayer, países como Rusia, Canadá y Japón rehusaron el texto elaborado a lo largo de la semana y consiguieron que se descafeinara. Según el texto de compromiso, los países industrializados acordaron que los porcentajes deseables de reducción de emisiones -entre un 25% y un 40%- para impedir que la temperatura media global aumente más de dos grados centígrados constituyen unos buenos indicadores pero nada más.
Por su parte, el grupo de países en desarrollo, el G 77, quiere que los países desarrollados reduzcan al menos en un 80% las emisiones para 2020 y que compren los derechos de emisión a los países en desarrollo para alcanzar ese porcentaje. En declaraciones a los medios de comunicación, Jamil Ahmad, coordinador para el cambio climático del G77, dijo que esta reducción "sería su parte" de las reducciones a alcanzar en el periodo 2012-2020. En 2012 termina la vigencia del protocolo de Kioto.
EE UU convoca
Ahmad se opuso ayer a terminar la asamblea sin fijar porcentajes concretos de reducción ante la reunión de las partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambios Climáticos a celebrar en Bali en diciembre. Según la organización conservacionista WWF fueron Canadá, Japón, Nueva Zelanda, Rusia y Suiza los países que se negaron a que se fijaran los porcentajes esta semana. Según otras fuentes, estos países esperan a ver qué va a pasar en la ronda de reuniones que ha convocado Estados Unidos con los países más contaminantes del planeta. La primera será a finales de septiembre.
Mientras en Viena proseguían ayer las discusiones, la canciller alemana Angela Merkel, revivió en Tokio la propuesta de asignar finalmente a cada individuo, viva donde viva, los mismos derechos de emisión de gases de efecto invernadero. Según Merkel, los países en desarrollo deben ser autorizados a aumentar sus emisiones per cápita mientras los países industrializados reducen las suyas, hasta que ambos alcancen el mismo nivel. "Una vez que los países en desarrollo alcancen el nivel de los países industrializados, entonces empieza la reducción", dijo ayer en Kioto.
Aubrey Meyer, un experto en clima del Instituto Global Commons, que sugirió la estrategia de las cuotas per cápita en 1995, se felicitó de que Merkel la apoye.
"Han criticado muchísimo la propuesta [denominada de contracción y convergencia] pero no pueden tumbarla, porque su metodología es muy sólida", dijo.
El primer ministro de la India, Manmohan Singh, propuso los objetivos por cápita en la última reunión de los países del G8 en junio pasado. India y China basan su rápido crecimiento económico en el uso del carbón, lo que aumenta mucho sus emisiones de gases de efecto invernadero. Las emisiones globales están creciendo a un ritmo del 3% anual.
La propuesta de Merkel fue acogida con precaución ayer por el secretario general de la convención, Yvo de Boer. "Probablemente es la única solución definitiva equitativa", dijo. "Sin embargo, el problema es en qué plazo se puede llegar a ella y si es realista a corto plazo".
Otros expertos en clima creen que no se pueden establecer cuotas como si fuera un sistema de racionamiento. "No se van a conseguir los objetivos deseados si se venden como un programa de austeridad", dijo John Aston, delegado del Ministerio de Asuntos Exteriores británico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.