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Miles de palestinos desafían al Gobierno de Hamás en Gaza

Militantes y simpatizantes de Al Fatah se manifiestan por las calles de varias ciudades

Al Fatah, el partido laico palestino, busca las cosquillas con ahínco al Gobierno de Hamás en Gaza. Además de promover el bloqueo total de la franja, miles de sus militantes y simpatizantes desafiaron ayer la prohibición impuesta por los islamistas de celebrar manifestaciones en la franja sin permiso previo. Al término de la oración del día sagrado musulmán, marcharon por las calles de varias ciudades; algunos lanzaron artefactos incendiarios a la policía de Hamás, y en la respuesta, una quincena de personas resultaron heridas.

En jornadas previas, Al Fatah había pedido a sus seguidores que no acudieran a las mezquitas, en protesta por los mensajes que los imanes dirigen desde los púlpitos. El partido del presidente Mahmud Abbas intenta por todos los medios minar la autoridad de Hamás en Gaza. Y el Gobierno de Abbas, establecido en Ramala, no puede imponer sus decretos en la franja, pero anima a sus partidarios y a los funcionarios a los que paga a desobedecer las decisiones del Ejecutivo islamista de Ismail Haniya.

Trata Al Fatah de jugar todas sus bazas. Así que, después de que Hamás haya impuesto la autorización administrativa previa para celebrar manifestaciones, los seguidores del partido fundado por Yasir Arafat se niegan en redondo a cumplir el trámite. El viernes de la semana pasada brotaron los primeros choques violentos. Ayer, según la propia agencia Maan, afín al Gobierno de Ramala, varios manifestantes arrojaron pequeños artefactos incendiarios a la policía de Hamás. La respuesta -disparos al aire, granadas de humo y bastonazos- se saldó con una quincena de heridos, porque el Ejecutivo de Haniya tampoco está dispuesto a que se ponga en duda quién ejerce el poder.

Desde que Hamás venció en las elecciones de enero de 2006, la operación de acoso y derribo al Gobierno de Haniya no ha tenido tregua. La comunidad internacional impuso el bloqueo económico de inmediato y algunos dirigentes de Al Fatah ahora defenestrados se lanzaron a organizar campañas de huelgas, a provocar disturbios y enfrentamientos armados. Cientos de milicianos de ambos partidos murieron a tiros o asesinados, hasta que el movimiento fundamentalista expulsó de Gaza a las fuerzas leales al presidente Abbas el 14 de junio. Sin presencia armada en la franja, los militantes de Al Fatah recurren ahora a unas protestas cada vez más caldeadas.

Mientras los dirigentes islamistas insistían en que "los disturbios son inaceptables", Abbas se mostró ayer confiado. "Los hechos en Gaza demuestran que el golpe de Estado de Hamás está llegando a su fin. Nuestro heroico pueblo no será aterrorizado por estos mercenarios", reza un comunicado de la presidencia. El balance de poder actual en la franja, sin embargo, hace muy improbable que se cumplan los presagios del mandatario si no es mediante unas negociaciones con los islamistas que no se auguran cercanas.

En Cisjordania, la situación es muy diferente. El Gobierno de Abbas ha prohibido un centenar de asociaciones caritativas, la base de la red social de Hamás, y amenaza con congelar sus cuentas; se han declarado ilegales todas las milicias; y esta semana se ha dado a conocer que EE UU planea crear cinco nuevos batallones de las fuerzas de seguridad palestinas en Cisjordania para fortalecer al presidente Abbas en su empeño por desmantelar la milicia de Hamás.

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Miembros de las fuerzas de Hamás golpean a un seguidor de Al Fatah, en Gaza.
Miembros de las fuerzas de Hamás golpean a un seguidor de Al Fatah, en Gaza.ASSOCIATED PRESS

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