La primera medida de calado de Bernat Soria logra el apoyo del PP

Acabar con el freno puesto a la vacuna contra el virus del papiloma -causa de los cánceres de útero y algunos anales o de boca- ha sido la primera decisión de calado que ha tomado el ministro de Sanidad, Bernat Soria. El nuevo titular del departamento ha resuelto así uno de los últimos frentes que se habían abierto entre su departamento y las comunidades autónomas gobernadas por el PP, que ya habían anunciado que iban a facilitar la vacuna dijera lo que dijera el ministerio.

La decisión es puramente técnica. La vacuna ha demostrado su seguridad y eficacia -la Agencia Española del Medicamento la había aprobado hace tiempo- y muchos países europeos, como Alemania, Reino Unido, Bélgica, Francia o Dinamarca, ya han aconsejado que se incluya su suministro en las políticas nacionales de vacunación. "Este señor sabe de esto", resumió ayer la última ministra de Sanidad del PP, Ana Pastor, quien mostró su apoyo a la medida.

Lo que queda pendiente es saber cómo se va a pagar el tratamiento. Si el ministerio decide que se incluya la vacuna en el calendario, las comunidades tendrán derecho a pedir que el Estado aumente las transferencias económicas a los gobiernos autonómicos, ya que podrían considerarla una nueva prestación. Con ello, se reabriría un debate que la llamada Conferencia de Presidentes cerró tras la llegada al poder del PSOE en 2004: si el dinero que aporta el Gobierno central a las comunidades es suficiente para que éstas mantengan la atención sanitaria, al menos en los niveles de antes de recibir las transferencias.

Aquel enfrentamiento -que llevó personalmente el presidente Zapatero- se saldó en marzo de 2003 con el anuncio de que las comunidades iban a recibir 1.677 millones de euros extra para sanidad. Pero las comunidades del PP manifestaron su desacuerdo y el propio Soria admite que no tiene manera de saber si se ha usado con ése o con otro fin.