El Ejército libanés permite salir a los civiles del campo de Naher el Bared
Los milicianos no se rinden pero quieren salvar a sus familias. Los últimos civiles que quedaban en el campo de refugiados del norte de Líbano asediado por el Ejército, 41 niños y 22 mujeres, fueron evacuados ayer en lo que quizá sea el preludio del asalto militar definitivo. Los próximos días lo dirán. Combatientes inspirados por Al Qaeda que han prometido morir con las botas puestas y soldados libran hace tres meses una batalla que ha dejado unos 300 muertos (incluidos 142 uniformados). Es el brote de violencia interna más grave desde el fin de la guerra civil de Líbano.
Poco queda ya en el campo de refugiados asediado aparte de unos 70 milicianos atrincherados que aún sobreviven, los túneles subterráneos donde sobrevivían sus parientes y toneladas de escombros. En las callejuelas de Naher el Bared, vivían hacinados 30.000 refugiados palestinos que huyeron tras las primeras semanas de combates entre Fatah Al Islam y el Ejército libanés.
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