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Fidel Castro insta al rearme militar de Cuba frente a Estados Unidos

El nuevo deterioro bilateral lleva a la suspensión de los acuerdos migratorios de 1994

Juan Jesús Aznárez

La proclama lleva tiempo frente a la Sección de Intereses de EE UU, en La Habana: "Señores imperialistas, no les tenemos absolutamente ningún miedo". Las relaciones entre Cuba y EE UU han empeorado y Fidel Castro se declara fatalista: "Nadie se haga la menor ilusión de que el imperio", afirmó en una reciente reflexión, "negociará con Cuba". Y fue más allá en otra: "Continuaremos adquiriendo el material necesario y las bocas de fuego pertinentes (rearme militar), aunque no creciera el famoso PIB del capitalismo".

La última crisis constata el deterioro: los acuerdos de 1994, que estipulan 20.000 visados estadounidenses anuales, han quedado suspendidos, y la sucesión de conflictos, ininterrumpidos desde el año 1959, sumó otro este martes: Hungría garantizó asilo político a 29 cubanos detenidos en la base de EE UU en Guantánamo, "violando flagrantemente" la declaración conjunta del 2 de mayo de 1995 que establece la devolución a Cuba de los cubanos interceptados en alta mar, según una nota de protesta de la cancillería. Hace una semana, el Departamento del Tesoro multó con 182.752 dólares (unos 134.000 euros) a una agencia de viajes por Internet, Travelocity, por contratar vuelos hacia Cuba violando el embargo comercial de 1962.

La sanción no preocupa mucho al grupo de cubanos de Miami que almuerza en un hotel de la capital, donde visita a sus parientes: "Siempre encontraremos otra manera de venir. Hay mucho dinero por medio". Son unos mil millones de dólares al año (700 millones de euros) en remesas, visitas y teléfono.

Las sucesivas administraciones norteamericanas, 10 en total, establecieron algún tipo de diálogo con Cuba y las de Gerald Ford y Jimmy Carter, demócratas, buscaron la "normalización", pero el proceso fracasó. Los acuerdos se limitaron a la lucha contra el narcotráfico, el secuestro internacional de aviones y los asuntos migratorios. La nueva correlación de fuerzas legislativas en Washington, con un Congreso de mayoría demócrata no modificará la situación. "Los demócratas han endurecido la posición de los republicanos", según observa un analista cubano. "El Comité de Asignaciones propuso nueve millones de dólares para los disidentes, y la Cámara de Representantes aprobó 36. Es una señal clara".

A principios de este mes, 66 demócratas votaron en contra de un proyecto presentado por su compañero de partido Charles Rangel, representante de Nueva York, que ampliaba el comercio de productos agrícolas y alimentos entre Cuba y Estados Unidos. La propuesta fue rechazada por 245 votos contra 182. La Casa Blanca autorizó en 2001 la venta de alimentos y medicinas a Cuba, previo pago en efectivo, y las exportaciones sumaron 338 millones de dólares el pasado año. No son probables nuevos acercamientos debido a su impopularidad entre los cubanos de EE UU, una fuerza electoral susceptible de inclinar los resultados del Estado de Florida en las presidenciales de noviembre.

Castro ha publicado tres capítulos donde carga contra los intentos de anexión de EE UU después de que Cuba dejara de ser colonia española en 1898. Desde su convalecencia, Fidel Castro llamó a los "dirigentes de la revolución" a no olvidar que "es deber sagrado reforzar sin tregua nuestra capacidad y preparación defensiva". De ahí la convocatoria a reforzar el arsenal.

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Estados Unidos insiste en subordinar la normalización bilateral a la democratización de la isla y el respeto de los derechos humanos. "Aquí cada vez nos creemos menos eso de que la democracia y los derechos humanos determinan la política hacia Cuba. Ahí están Pakistán, Arabia Saudí o China. Allí no hay democracia, pero como tienen muchos intereses pues hay buenas relaciones", subrayan fuentes cubanas.

Ulises, mecánico, de 45 años, sólo piensa en irse a vivir con su amada, estadounidense de padres cubanos, a la que conoció hace dos años durante una visita turística. "Me apunté al bombo, pero nada", dice. El bombo es la lotería que distribuye los visados estadounidenses. El problema es que está paralizada. Según fuentes oficiales, Estados Unidos "sólo ha entregado 10.724 visas para emigrantes de las 20.000 acordadas anualmente". Washington argumenta que Cuba obstaculiza el trabajo de sus funcionarios y la entrada de material de oficina, mientras La Habana adivina en los contenedores retenidos material de "promoción de actividades subversivas". Y Ulises sin poder reunirse con la mujer de sus amores.

Multas y visado

Los trucos para sortear las prohibiciones estadounidenses son diversos: más de 50.000 cubanos residentes en Miami y con familia en la isla se acogieron a los visados religiosos, y otros se embarcan por el aeropuerto mexicano de Cancún.EE UU agravó las sanciones a los viajeros sin autorización oficial: multas de 7.500 a 250.000 dólares, y hasta 10 años de cárcel. Recientemente, una subsidiaria en México de American Express fue multada con 16.625 dólares por contratar dos paquetes.La Casa Blanca "coordina a más de un centenar de agencias para perseguir cualquier transacción o vínculo con la isla", según el diario Granma, órgano del Partido Comunista. La vigilancia afecta a unas 250 agencias turísticas del sur de Florida. Y la limitación de las remesas afecta a cientos de miles de familias que dependen de los dólares de sus parientes en EE UU.Durante más de 30 años, el Gobierno cubano no admitió la entrada de ese dinero ni las visitas de esos familiares. Las cosas han cambiado, pero los problemas continúan.

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