Gaza se queda sin fluido eléctrico al suspender la UE el envío de fondos
Nueva vuelta de tuerca al asedio que sufre la población de Gaza, algo más de un millón y medio de personas. La Unión Europea ha suspendido los pagos al proveedor israelí del combustible para la única estación eléctrica de la franja. Teme Bruselas que el Gobierno de Hamás pueda recaudar impuestos a través de la tarifa eléctrica, y no está dispuesta a financiar al Gobierno islamista de Ismail Haniya.
Sin la certeza de que el movimiento fundamentalista no creará un nuevo impuesto, no se reanudará el pago, que asciende a seis millones de euros mensuales. "Estamos preparados para reanudar el apoyo a la planta eléctrica de Gaza en el plazo de horas una vez que recibamos las garantías apropiadas de que los fondos serán utilizados exclusivamente para el beneficio de la población de Gaza", reza un comunicado emitido por la Comisión Europea.
Desde que el domingo a mediodía se cortó el fluido, mucha gente comenzó a comprar velas y lamparillas en los mercados. Los generadores vuelven a estar de moda y las carencias, salvo de alimentos, son crecientes. La situación degenera paulatinamente desde que el 14 de junio Hamás desmantelara las fuerzas de seguridad leales al presidente palestino, Mahmud Abbas, en Gaza. Desde entonces la calma es casi total, como es completa la clausura del territorio. Nadie sale. Apenas nadie entra. Decenas de fábricas han cerrado sus puertas porque no disponen de materia prima para trabajar. Por el cierre han optado también muchos comerciantes que no tienen qué vender.
De continuar la central eléctrica parada -fue arrasada a finales de junio de 2006 por la aviación israelí tras la captura del soldado judío Gilad Shalit-, también el suministro de agua potable y el tratamiento de aguas residuales sufrirán severos trastornos.
Seis milicianos muertos
Lo más probable, no obstante, es que se halle pronto la fórmula para que las aguas vuelvan a su cauce. "No tenemos ningún plan para introducir un nuevo impuesto en la factura de la electricidad. Estamos dispuestos a ofrecer todas las garantías necesarias", afirmó un alto funcionario del Gobierno de Haniya. El vicepresidente de la Autoridad de Energía Palestina, dominada por el Ejecutivo del presidente Mahmud Abbas, hizo hincapié en que los ingresos generados por la compañía en ningún caso acaban en manos de Hamás.
Y mientras el asedio económico -azuzado por el presidente Abbas- amenaza con convertir el de por sí depauperado territorio en un páramo, el cerco militar es el de siempre. La aviación israelí mató ayer a seis milicianos de Hamás que viajaban a bordo de un vehículo en las cercanías de un puesto de la milicia islamista, en el centro de Gaza. Aunque portavoces de Ezedin el Kassam, brazo armado del movimiento fundamentalista, juraron venganza, estas amenazas, como sucede desde hace casi tres años, más parecen mensajes de consumo interno para calmar los ánimos entre los más radicales.
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