Los funcionarios de la ONU se niegan a volver a Irak debido a la inseguridad
El Consejo de Seguridad acaba de ampliar el mandato de la organización en el país árabe
Los empleados de la ONU no quieren volver a Irak, al menos en las condiciones de inseguridad actuales. Y lo dejaron claro durante el acto de conmemoración del cuarto aniversario del brutal atentado suicida que sufrió su sede en Bagdad, en el que murieron 22 personas, entre ellas el enviado especial Sergio Vieira de Mello. El Consejo de Seguridad acaba de aprobar una resolución ampliando el mandato de la misión de la ONU en el país árabe. En todas las sedes de la ONU se guardó un minuto de silencio para recordar a las víctimas del fatídico 19 de agosto de 2003.
"Sus contribuciones a la paz no caerán en el olvido", dijo desde Ginebra Sergei Ordzhonikidze, director de la oficina europea. Unas horas después, en el cuartel general en Nueva York, su secretario general, Ban Ki-moon, pronunciaba unas palabras ante la placa conmemorativa al personal fallecido en servicio y que preside la bandera que ondeaba en Bagdad.
Algunos de los supervivientes del brutal atentado estaban presentes en la ceremonia, con las heridas visibles después de cuatro años. "Fue uno de los días más trágicos en la historia del organismo. Hemos perdido a otros colegas antes. Pero ésta fue la primera vez que la ONU fue un objetivo deliberado a una escala de tal dimensión", recordó Ban, mientras decía que ese ataque no minó los ideales y valores sobre los que se basa la institución.
La seguridad, según el surcoreano, es una preocupación primordial para el organismo y para él personalmente. Pero el sindicato de funcionarios, que representa a 5.000 empleados de la ONU, es contundente: la situación es demasiado peligrosa en Irak, y por este motivo no quieren regresar al país árabe. El entonces secretario general, Kofi Annan, dio la orden dos meses después del atentado para que se abandonara el país.
Desde octubre de 2003, la ONU cuenta con una oficina en la Zona Verde en Bagdad con 65 personas que se han encargado hasta ahora de asistir al Ejecutivo iraquí en la redacción de la constitución, la creación de las instituciones democráticas y la convocatoria de elecciones. El grueso de las operaciones de asistencia humanitaria se realiza desde Jordania.
El Consejo de Seguridad acaba de ampliar el mandato de la ONU para que pueda tener un papel más activo en el proceso de reconciliación política, lo que en la práctica obligará al organismo a incrementar su presencia en Bagdad. Ban se ha comprometido a ayudar al pueblo iraquí a forjar su futuro. "Es una oportunidad para llevar adelante el trabajo de Sergio Vieira de Mello y de sus colegas", dijo. Pero dejó claro que cualquier operación está condicionada a la seguridad. Como recuerdan los empleados de la ONU, sus compañeros en Bagdad sólo salen de la zona de seguridad para ir al aeropuerto, una de las rutas más peligrosas en la ciudad. "La ONU no puede funcionar si carece de libertad de movimiento", señalan los sindicalistas. "El riesgo forma parte de nuestro trabajo, porque creemos en los principios de la Carta. Pero debe garantizarse el máximo grado de seguridad de todo el personal".
Por eso piden que salga todo el personal del país. Ban compartió y se mostró comprensivo con la inquietud expresada durante las últimas semanas por los empleados de la ONU ante esta expansión del mandato decidida por el Consejo de Seguridad. Y por eso reiteró que la seguridad del personal de Naciones Unidas "es y seguirá siendo una preocupación principal" en cualquier misión por el mundo. Y dijo que no debe haber impunidad para los autores de esa matanza.
Durante la ceremonia se leyeron los nombres de los 22 fallecidos en el atentado, entre ellos el del capitán de navío español Manuel Martín-Oar. "A todos ellos les prometemos que haremos lo posible para estar a su altura para llevar adelante el trabajo que iniciaron en nombre de la paz, el progreso y la dignidad humana", dijo la representante de los empleados. "Las heridas de ese día no se curarán", concluyó.
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