Las neuronas y la digestión nos distinguen del chimpancé
Los genes son casi idénticos, pero su regulación, no
La mayor diferencia encontrada hasta ahora entre los genomas del chimpancé y del ser humano está en las zonas que regulan la actividad genética relacionada con la construcción de las neuronas y con la digestión, han hallado científicos de Estados Unidos. Como ya se sabe con precisión que los seres humanos y los chimpancés comparten el 99% de los genes (y sus productos, las proteínas), los científicos están buscando las diferencias entre ambas especies en las zonas reguladoras. Éstas surgen por el mecanismo evolutivo de la selección positiva, el proceso por el que se extienden los rasgos genéticos beneficiosos para la supervivencia.
En el ser humano la regulación de los genes permite procesar mejor los azúcares y construir más neuronas que en los chimpancés, que no pueden digerir alimentos ricos en almidón, explica el equipo liderado por Ralph Haygood en la revista Nature Genetics. Los seres humanos pueden haber desarrollado mejor la capacidad de procesar los azúcares como combustible para su capacidad intelectual. A medida que el cerebro humano crecía en tamaño y complejidad requería más energía, por lo que los humanos pudieron compensar este aumento cambiando sus genes para procesar mejor los nutrientes.
"Puede ser la regulación lo que nos diferencia de los simios", comentó Haygood, informa Bloomberg. "Estas regiones controlan cuándo, dónde y cómo se expresan los genes, en qué células, en qué fase de la vida".
Los investigadores han identificado al menos 250 regiones que controlan la actividad genética que han sufrido la selección positiva. Lo hicieron comparando estas regiones de más de 6.000 genes distintos en el ser humano, el chimpancé y el macaco.
El resultado es la primera prueba de que las regiones reguladoras son las que hacen mayor el cerebro y hacen la dieta diferente de la de otros primates, dos de los rasgos más distintivos de los seres humanos. "Como es un resultado preliminar hacen falta más estudios para confirmarlo, para comprender los cambios y, sobre todo, para deducir sus consecuencias funcionales", ha comentado Haygood.
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