Muere en una explosión la empleada de una firma pirotécnica
La empresa, situada en Canyelles, ya sufrió un incendio en 1994
Una trabajadora de Pirotecnia Igual, situada en el municipio de Canyelles (Garraf), falleció ayer al producirse una fuerte explosión en la caseta de pruebas en la que estaba trabajando. El accidente hizo saltar las alarmas entre los vecinos de la localidad, que aún tienen fresco el recuerdo del grave incendio que afectó a esta misma empresa en 1994. María Luisa R. M., de 36 años, fue la única víctima de la explosión.
La mujer, vecina de Sant Pere de Ribes (Garraf), se encontraba trabajando en una de las casetas con las que cuenta la empresa, en las que los operarios manipulan el material pirotécnico. Hacia el mediodía una fuerte explosión destruyó la caseta en la que trabajaba y otra situada al lado. También resultó muy dañado un polvorín auxiliar de la pirotécnica. Rápidamente llegaron al lugar de los hechos tres dotaciones de Bomberos, Mossos d'Esquadra, Policía Local y Guardia Civil, que es el cuerpo competente en casos que tienen que ver con material explosivo.
Las instalaciones de la empresa ocupan una extensa área forestal situada a unos 500 metros del núcleo urbano de Canyelles. Los bomberos controlaron rápidamente el fuego, muy acotado alrededor de la zona afectada por la explosión. De hecho, de lo que se percataron los trabajadores y los residentes de la vecina localidad fue del fuerte estallido y de la humareda. A pesar de los explosivos que había en la caseta, no se produjo ningún conato de incendio forestal. Las empresas pirotécnicas habilitan casetas de pequeñas dimensiones, muchas de ellas individuales, en las que trabajan los operarios cuando manipulan cohetes, para evitar explosiones en cadena en caso de accidente. Este sistema evitó ayer una tragedia mayor, aunque se cobró la vida de una trabajadora.
El alcalde de la localidad, el socialista Xavier Robert, apuntó que si no hubiese sido por estas medidas, la explosión podría haber degenerado en una tragedia aún mayor. De todos modos, admitió que se trata de una actividad de riesgo y que es muy difícil conseguir que no se repitan este tipo de incidentes.
La explosión se oyó perfectamente en Canyelles y en el municipio vecino de Sant Pere de Ribes. La mayoría del centenar de empleados de la pirotecnia son vecinos de estas dos localidades, lo que agudizó aún más el sentimiento de preocupación entre los habitantes.
En Canyelles, todos los vecinos supieron inmediatamente que la fuerte explosión procedía de la pirotecnia. Algunos incluso aseguran que notaron leves temblores en sus casas. Pocos minutos más tarde se supo que, desgraciadamente, había habido una víctima, pero que no habría más consecuencias. A todos les vino a la cabeza la fecha del 4 de julio de 1994, al mediodía, cuando se produjo una gran explosión en la misma empresa. En aquella ocasión no hubo víctimas porque era la hora del almuerzo y apenas había trabajadores en las instalaciones.
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