_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Huérfanos de CDS

Juan Ignacio Crespo

Es imposible saber si la crisis que están viviendo en este momento los mercados de crédito va a terminar por desestabilizar definitivamente las bolsas y la economía mundial. Si así fuera, los libros de historia financiera tendrán un lugar donde encasillarla: entre las que a lo largo de la historia ha provocado el exceso de crédito, sea en forma de descuento masivo de letras de cambio que no correspondían a ninguna transacción comercial, sea por el abuso de las compras a crédito en Bolsa. Todo ello con características que son más propias de las inversiones piramidales (que basan su éxito en ofrecer rentabilidades desmesuradas) cuyo secreto es tan elemental como que se paga a los clientes antiguos con el dinero que van aportando los nuevos.

Un CDS podría asimilarse a una póliza de seguro ya que permite asumir el riesgo del impago de un bono a cambio de cobrar una prima

Hasta hace quince días, las convulsiones en los mercados de crédito habían tenido un alcance bastante limitado ya que afectaban principalmente a entidades especializadas en la financiación hipotecaria en Estados Unidos o, como mucho, a los llamados fondos de inversión libre (hedge funds).

Sin embargo, durante las últimas dos semanas han emergido con cierta crudeza en el seno del sistema bancario alemán, donde las autoridades han tenido que rescatar de la quiebra a un banco de dimensión pequeña; o en los fondos de inversión promovidos por una gran aseguradora francesa. En ambos casos con un agravante, pues si en Alemania las autoridades financieras casi se enteraron por la prensa (tuvo que ser una llamada del primer ejecutivo de un banco privado, el Deutsche Bank, quien les alertara) en el segundo las características de los fondos (monetarios dinámicos) en ningún caso hacían presagiar que pudieran acumular pérdidas del 20%. Sería bueno comprobar si quienes tomaron las decisiones entendían los instrumentos financieros en que invertían o los riesgos que llevaban asociados.

Simplificándolo mucho, la inestabilidad que ahora azota a los mercados de crédito tiene dos causas claras: las hipotecas de baja calidad que se han estado concediendo en Estados Unidos durante los dos o tres últimos años y el uso y abuso de los derivados de crédito y su instrumento estrella, los CDS (credit default swap).

Un CDS podría asimilarse a una póliza de seguro ya que permite que alguien asuma el riesgo del impago de un bono a cambio de cobrar una prima por ello. La gravedad del problema que ha surgido en los mercados de crédito puede evaluarse por la evolución que ha sufrido esa prima en las últimas semanas: mientras que a mediados de febrero la prima por asegurare el pago de una inversión en bonos de baja calidad por valor de 10 millones de dólares era de 170.000 dólares, a finales de julio llegó a ser de 500.000.

Naturalmente, los bonos que tienen riesgo hipotecario detrás son los que más cuesta asegurar.

Pero lo que convierte a estos CDS en instrumentos financieros especialmente peligrosos es que, así como para contratar un seguro tradicional se precisa la existencia de un bien que asegurar, un CDS es un contrato privado en el que ninguna de las partes está obligada a tener en su cartera el bono cuyo pago se asegura, ya que pueden estar guiadas por razones puramente especulativas. De modo que hay empresas con bonos en circulación por una cantidad muy inferior a los contratos de CDS que los tienen como referencia. Lo que, llegado el caso de un impago, multiplicaría enormemente las pérdidas y provocaría situaciones novedosas y paradójicas, asimilables al derrumbe de una pirámide financiera.

A esos CDS contratados excesivamente sobre los riesgos que están destinados a asegurar se les llama en la jerga de los mercados crediticios CDS huérfanos.

Huérfanos o no, lo que sí parece es que los CDS son la principal vía de transmisión de la crisis hipotecaria norteamericana al resto del mundo (¡a través de una variante llamada ABCDS!). Algunas entidades y fondos han asumido riesgos desproporcionados por la vía de vender protección y cobrar la prima correspondiente. Ahora es mucho mayor el riesgo de que los CDS se conviertan en lo que Warren Buffet llamó hace unos o años "armas de destrucción financiera masiva".

Juan Ignacio Crespo es miembro del Cuerpo Superior de Estadísticos del Estado.

La agenda de Cinco Días

Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_