El Consello de Contas revela que Louzán cobró en Ribadumia más de lo permitido

El Consello de Contas ha hallado graves irregularidades en las cuentas y las prácticas admistrativas y de contratación de los Ayuntamientos de Ribadumia, Valdoviño y Montederramo, tres de las 18 corporaciones locales a las que el órgano fiscalizador ha dedicado especial atención en el informe recién presentado al Parlamento. En el caso específico de Ribadumia, el Consello se ha encontrado con cobros por encima de lo permitido del teniente de alcalde, Rafael Louzán, que simultanea su cargo municipal con el de presidente de la Diputación de Pontevedra y jefe de filas del PP en la provincia.

En el caso de Ribadumia, el Consello de Contas reclama que el ayuntamiento lleve a cabo "con urgencia todas las medidas necesarias" para cumplir con sus obligaciones contables. "En caso contrario", la institución "adoptará las medidas que estime convenientes para su efectiva e inmediata corrección".

No sólo las cuentas municipales muestran "deficiencias de gestión y control" sino que la intervención municipal, según el Consello, no ejerce su trabajo con arreglo a la ley. El ayuntamiento carece de registro de personal y los expedientes de selección de éste están incompletos

"Las cantidades percibidas en concepto de dedicación exclusiva por la alcaldesa y el teniente de alcalde durante el primer semestre de 2003 exceden sensiblemente de las autorizadas por los acuerdos plenarios de retribuciones", asegura el informe, que también refleja deficiencias documentales en las dietas cobradas por la alcaldesa en los años 2003 y 2004. La institución auditora exige que la percepción de dietas y de retribuciones por parte de los cargos electos se regule detalladamente, se ajuste a la legalidad y se les dé publicidad.

Arquitecto promotor

Una de las irregularidades más llamativas tiene que ver con el urbanismo de la localidad. El Consello de Contas afirma que el asesoramiento y emisión de informes en esta materia está a cargo de un arquitecto "nombrado con carácter honorífico" (una categoría laboral inexistente) que además es el administrador único de dos sociedades dedicadas a la "construcción, promoción y actividad inmobiliaria". De este modo, precisa el órgano fiscalizador, "no queda garantizada la objetividad, imparcialidad e independencia en la emisión de los informes urbanísticos ni la inexistencia de situaciones de conflicto de intereses, lo que podría causar perjuicios a los intereses públicos".

Además, el Consello ha establecido que el arquitecto en cuestión informa los expedientes de concesión de licencias sin contar con los preceptivos informes jurídicos y no ha podido verificar la imposición de sanciones por incumplimientos urbanísticos. El informe relata también numerosos casos en los que se han detectado irregularidades y afirma que la concesión de subvenciones no garantiza los principios constitucionales de publicidad, objetividad y concurrencia.

Con todo, el de Ribadumia no es el único caso en el que el Consello ha encontrado graves irregularidades. Los Ayuntamientos de Montederramo y Valdoviño tampoco han merecido un juicio favorable por parte del órgano encargado de fiscalizar las cuentas públicas en Galicia.

En el primero de ellos, gobernado también por el Partido Popular, el Consello de Contas también ha hallado deficiencias que deben ser corregidas con urgencia. La relación va desde el incumplimiento de la periodicidad mínima de las sesiones plenarias a la inacción de la intervención municipal en relación con las deficiencias detectadas.

Montederramo acumula irregularidades en materia de personal y también en las percepciones de sus cargos electos. El teniente de alcalde percibió en 2003 retribuciones por ocuparse en régimen de dedicación exclusiva y por delegación de la alcaldía del "servicio de extinción de incendios desde el 15 de octubre hasta el 31 de diciembre", a pesar de que la resolución no fue ratificada en sesión plenaria hasta el 27 de noviembre. Esta situación se repitió en el año 2004. El Consello de Contas cuestiona además que un cargo electo pueda ocuparse de una tarea reservada legalmente al personal laboral. Según el informe de fiscalización, tanto el alcalde como su número dos percibieron indebidamente indemnizaciones por asistir a mesas de contratación.

El Consello detalla también irregularidades en este ayuntamiento orensano en relación con los contratos públicos, concesión de subvenciones y el urbanismo, entre otros asuntos.

Muchos de los reproches que el Consello hace a Ribadumia y Montederramo son de aplicación al Ayuntamiento coruñés de Valdoviño, gobernado hace tres por Centristas de Valdoviño. En este municipio, además de irregularidades en materia de personal, los auditores han hallado percepciones injustificadas en 2003 y 2004 por parte de cinco concejales, entre los que "se encontraban personas que desempeñaron la alcaldía".

El Consello de Contas examinó también en su informe la situación contable de los municipios de Arbo, Betanzos, Cerdedo, Manzaneda, Mondoñedo, O Rosal, Oroso, Pontecesures, Pontedeume, Portas, Riotorto, Santiso, Silleda, Sobrado y Toques.