Mestizaje visceral
La Mala Rodríguez tiene un trato con el público. Su fuerte personalidad y estilo, con el que ha logrado el éxito -tanto de público como de crítica-, confiere a sus directos una mezcla de tensión y pasión que la hacen intratable. En Mataró, hizo agachar tan tranquilamente a todo el Parque Central en mitad de Toca toca. Y los asistentes, en cuclillas y encantados, para algo estaban a los pies de la princesa del hip-hop nacional.
El fenómeno La Mala puso, el sábado por la noche, la guinda al Festival Cruïlla de Cultures 2007, que convirtió el parque en una gran fiesta del mestizaje, que es de hecho lo que ha sido el festival a lo largo de todo el mes de programación. Todas las ciudades grandes y medianas de Cataluña quieren tener un festival de música de verano. Mataró ha encontrado el suyo en este repleto mapa festivalero de vacaciones y música en directo gracias a una realidad cada vez más palpable: la multiculturalidad.
Arrancó la clausura del Cruïlla unos estelares El Bicho, con su pop sureño de raíz flamenca y singular receta de flauta travesera, que coronó su psicodélica noche de colores y palmas con tres bises: Mamá Dolores, Locura y De los malos.
El momento central de la noche fue la aparicición de La Mala Rodríguez, que presentó su nuevo disco, Malamarismo, su cuarto asalto al flamenco rapeado. Su puesta en escena es sencilla, con el seguimiento del DJ Woody, dos coristas femeninas y dos rimadores, uno un poco tostón.
Los madrileños Canteca de Macao -mezcla de ska, reggae y rumba- cerraron la velada, en lo que fue su única actuación en Cataluña tras la salida de su segundo disco, Camino de la vida entera, editado por Dro East West / Warner Music Spain. La multinacional ha aceptado que los discos de Canteca de Macao sigan disponibles para ser descargados desde su página web.
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