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El 'Don Pedro' se hundió con más 10 toneladas de baterías de coche

Entre 10 y 15 toneladas de baterías eléctricas usadas de coche de alto poder contaminante reposan en el fondo del mar, en el interior del buque mercante Don Pedro, que se hundió el pasado 11 de julio tras embestir contra un islote a una milla (1,8 kilómetros) del puerto de Ibiza y vertió al mar fuel y aceites. Ayer se inició el rescate de esta carga de baterías, almacenada en contenedores plásticos y éstos, a su vez, en un contenedor metálico de carga tradicional. La extracción de las baterías se anticipó a la prevista operación de vaciado de los tanques de combustible para minimizar el peligro de polución por rotura de los cientos de recipientes de carga eléctrica o que se enturbie el interior del pecio.

La presencia de las baterías, material de residuos para reciclaje, fue confirmada ayer a EL PAÍS por un portavoz oficial, que significó que no se han observado pérdidas y reseñó que una empresa especializada recogerá en Ibiza la partida rescatada. La carga de las baterías, con alto contenido tóxico de plomo y ácido sulfúrico, no fue consignada en ninguna de las notas difundidas por los organismos gubernamentales que han intervenido en la crisis del naufragio ni por la compañía naviera propietaria del Don Pedro, Iscomar.

Como una lata de sardinas

El hundimiento del barco desencadenó un episodio de contaminación en tres playas de Ibiza y en una zona marina de superficie de más de unas 20 millas cuadradas, a lo largo de ocho kilómetros de litoral. Los vertidos que ensuciaron el mar proceden, según distintas fuentes, de los combustibles, aceite y suciedad de la nave. Medio Ambiente ha retirado más de 120 toneladas de arenas y algas sucias, y residuos flotantes.

El contenedor de las baterías está volcado y fue abierto "como una lata de sardinas" y no por sus puertas traseras inaccesibles a los buzos, según uno de los conocedores de la maniobra de extracción. Sobre el buque naufragado, que navegaba entre Ibiza y Valencia, se indicó que no llevaba carga y se resaltó que el principal problema para el medio marino residía en sus más de 100 toneladas de fuel y gasoil y unas 20 de aceites de motor e hidráulicos.

La empresa holandesa Weijsmuller Salvages desarrolla las tareas de rescate por encargo de Iscomar y la aseguradora británica. Alrededor del lugar del naufragio se ha extendido una barrera anticontaminación de 400 metros de superficie. Marina Mercante, Salvamento Marítimo y la Capitanía de Ibiza se encargarán de supervisar los trabajos. Los grupos ecologistas y el diputado del PSOE de Formentera, José Ramon Mateos, reclaman que se exijan responsabilidades a la naviera Iscomar.

Medio Ambiente detalló que las tareas anticontaminantes se han efectuado en las playas de Ses Figueretes, d'En Bossa y Talamanca, las tres que fueron clausuradas, pero sus labores de recogida de restos y extensión de barreras se efectuaron también ante el parque natural de Ses Salines, en la Sal Rossa, así como en s'Estanyol y en Botafoc, Cala Martina, Es Canar.

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