Arranca el PC de bajo coste
Todo listo para la producción de un portátil para los escolares del Tercer Mundo impulsado por un programa de la ONU
El sueño del ordenador de bajo coste ya es una realidad. Nicholas Negroponte acaba de superar con Intel el último obstáculo que le impedía lanzar la producción en masa de un portátil para cada niño del Tercer Mundo.
El OLPC (siglas en inglés de One Laptop Per Child) pretende dotar a las nuevas generaciones en los países pobres de los medios tecnológicos para reducir la brecha digital con las economías desarrolladas.
Cada ordenador costará 125 euros y no necesita enchufarse a la red eléctrica
El XO, como se conoce el ordenador diseñado por Negroponte, no necesita estar conectado a la red eléctrica. La energía se genera girando dos manivelas situadas al lado de la pantalla. Cuesta 125 euros y utiliza un sistema operativo abierto, además de disponer de cámara y conexión a redes inalámbricas. El procesador es de AMD.
Los proveedores han recibido la luz verde para arrancar la producción. El primer ordenador saldrá al mercado en octubre y su coste podría bajar a 75 dólares en un año. Intel también tiene su propio modelo, el Classmate. El fabricante de microprocesadores estaba promocionándolo entre los gobiernos de los países en desarrollo a un precio de unos 105 euros. Los expertos creen que los dos productos podrán coexistir, después de que el gigante de Silicon Valley decidiera la semana pasada sumarse al consejo del OLPC.
Tanto Intel como Negroponte, y las otras compañías que participan en este programa respaldado por Naciones Unidas, como Google y News Corporation, creen que la iniciativa permitirá desarrollar otros programas que beneficiarán a los niños de entre 6 y 18 años. La pelota está ahora sobre el tejado de los gobiernos, que están realizando pedidos limitados. Entre los países participantes están Argentina, Brasil y Estados Unidos.
El OLPC plantea, sin embargo, un complejo debate que va más allá de la viabilidad financiera y empresarial del proyecto. Los expertos destacan el hecho de que los ordenadores "no pueden existir de una manera independiente a las realidades económicas de los países", como señala Stephen Dukker, de NComputing, que recuerda que el precio de un ordenador básico es de 200 euros.
La iniciativa se considera por ello como un acto de generosidad y decencia. Aunque los críticos señalan que los niños necesitan tener garantizado antes el acceso a un sistema de educación y de salud. Además, ponen en evidencia los problemas de distribución, de acceso a servicios de mantenimiento y formación, por no hablar de la casi inexistentes red de telecomunicaciones, claves para que los ordenadores sean útiles en la era Internet.
El concepto de un ordenador barato para cada niño empezó a desarrollarse hace cinco años. La idea de Negroponte, fundador de esta iniciativa, era lanzar la producción en masa del XO cuando tuviera cinco millones de pedidos.
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