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Washington acusa a Irán de apoyar a las milicias iraquíes

Ángeles Espinosa

Los embajadores de Irán y EE UU volvieron a reunirse ayer en Bagdad, la segunda vez en dos meses, para buscar una salida a la crisis de Irak. Pero a pesar de las siete horas de discusiones que mantuvieron, Hasan Kazemi y Ryan Crocker no lograron superar la desconfianza y el recelo mutuos. Crocker acusó a Irán de haber aumentado su apoyo a las milicias que desestabilizan Irak desde su última reunión el pasado mayo.

"En los dos meses pasados hemos visto un aumento de las actividades de las milicias que puede atribuirse a que el apoyo iraní ha aumentado y no disminuido", declaró el embajador estadounidense al concluir la reunión. "He sido todo lo claro que he podido con los iraníes, diciéndoles que el resultado se tiene que ver sobre el terreno y hasta ahora no lo hemos visto", añadió.

La duración de la cita había hecho especular a los observadores con que tal vez se estaba entrando en detalles, pero en su comparecencia ante la prensa Crocker dijo la mayor parte del diálogo "no había sido especialmente relevante". El único aparente avance fue la puesta en marcha de un comité de seguridad entre expertos, que ya se acordó en mayo y en el que, además de Irán y EE UU, también participará Irak.

No hubo una reacción de la delegación iraní, pero en Teherán, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Mohamed Ali Hoseini, reiteró que la clave para poner fin a la violencia en Irak pasa por su independencia y la salida de las tropas estadounidenses. Hoseini también rechazó las acusaciones de que su país arma y entrena a los insurgentes iraquíes.

Intereses comunes

Tanto EE UU como Irán han dejado claro que las conversaciones de Bagdad, sin precedentes entre los dos países que no tienen relaciones diplomáticas desde 1980, se limitan a Irak. Sin embargo, las diferencias que mantienen en otros terrenos pesan cuando sus delegaciones se sientan a hablar.

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Algunos analistas apuntaban a que Irán, que intenta evitar una nueva ronda de sanciones por su programa nuclear, podía dar muestras de flexibilidad. Pero Teherán aún espera la liberación de sus cinco funcionarios que las tropas estadounidenses detuvieron en Erbil el pasado enero y a los que Washington acusa de ser miembros de una fuerza de élite de los Pasdarán enviados a Irak a entrenar a los insurgentes. Irán, por su parte, ha detenido por espionaje a cuatro académicos irano-estadounidenses. Esos desacuerdos se están interponiendo en su camino a pesar de los intereses que comparten en Irak. Ambos apoyan al Gobierno de Nuri al Maliki, que ayer les imploró ayuda para recuperar la estabilidad, y no desean que el país siga descendiendo en el caos.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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