La sombra de Sacyr
La constructora intentó desembarcar en la entidad vasca en 2004 y se encontró con la oposición de su presidente y del Banco de España
No es la primera vez que el dinero del ladrillo llega a la fortaleza del BBVA. A finales de 2004 ya lo intentó el grupo Sacyr, sin éxito, y los constructores Portillo y Osuna lo hicieron en 2005 sin armar ruido. Pero el aterrizaje de Manuel Jove tiene una diferencia esencial con el de Sacyr. Jove cuenta, según todos los indicios, con el beneplácito de los responsables del banco. Que no es poco.
En efecto, en noviembre de 2004, con el PSOE ya en el poder, Sacyr, encabezado por Luis del Rivero, y los inversores Juan Abelló y Demetrio Carceller, también accionistas de la constructora, anunciaron su intención de entrar en el capital y en el consejo del BBVA. Se habían hecho con el 3,8% del capital como paso inicial para después tomar el mando del banco y desplazar a Francisco González de la presidencia.
Jove, al contrario que Del Rivero, cuenta con el beneplácito de Francisco González
El intento fue recibido como una declaración de guerra por González, que no tardó en involucrar como impulsores de la operación al Gobierno de Zapatero y, en concreto, a Miguel Sebastián, a la sazón director de la Oficina Económica del Presidente y ex empleado del banco con el que no había tenido precisamente muy buenas relaciones. Era notorio que González, que había llegado a la presidencia de Argentaria (BBVA tras la fusión con el BBV en octubre de 1999) por designio del Gobierno del PP tras ganar las elecciones de 1996, no contaba -nunca ha contado- con las simpatías del Ejecutivo socialista. El banquero gallego se encastilló y ganó de forma inmediata el respaldo del PP, que convirtió el asunto en una cuestión política.
La intentona de Sacyr resultó fallida. La constructora se topó con la oposición del Banco de España, gobernado por Jaime Caruana, también nombrado por el PP. El Banco de España salió por la tangente y se negó a pronunciarse sosteniendo que la participación adquirida "no era significativa" por ser inferior al 5%. Tampoco el ministro de Economía, Pedro Solbes, a quien se habían dirigido los audaces inversores antes de lanzarse en tromba, se mostró muy entusiasmado. La forma de realizar el desembarco, a juicio de muchos observadores, fue precipitada y poco calculada. El caso es que Del Rivero y los suyos se quedaron bastante solos en el asedio y tuvieron que contentarse con una pedrea de unos 200 millones de euros de plusvalías.
González siempre se negó a recibir a Del Rivero, mientras en sus alrededores se especulaba con que su segundo, José Ignacio Goirigolzarri (su eslabón con el mundo vasco, por otra parte), estaba al tanto de la operación. En su camino en el BBVA, se ha ido dejando muchos enemigos, sobre todo tras la decisión de destituir a todos los consejeros provenientes del antiguo BBV al aparecer las famosas cuentas secretas a su nombre en el paraíso fiscal de Jersey. Entre esos damnificados estaban los representantes de las familias de Neguri, referente tradicional de la entidad vasca, y empresarios como Plácido Arango, Juan Entrecanales, Alicia Koplowitz (representada por Óscar Fanjul), entre otros hombres de prestigio. En definitiva, personas que no le han perdonado y de las que se esperaba su apoyo en la ofensiva de Sacyr. Pero las familias se mostraron divididas y pocos más se atrevieron a ofrecer impulsos.
Jove llega con las bendiciones de FG. Además no tiene pretensión, al parecer, de sentarse en el consejo del BBVA, por lo que no se generarían problemas. La parte que ha adquirido, el 5%, es "significativa", según el criterio esgrimido entonces por el Banco de España, aunque su gobernador actual, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, no tiene ninguna patata caliente que enfriar. En cualquier caso, FG tendría que cumplir las exigencias que dijo entonces de que para entrar en el consejo había que tener el 6,25% (resultado de dividir el 100% por el número de consejeros).
La aparición de Jove como principal accionista individual puede venir a pedir de boca a FG para dificultar "el reparto de la paella" si alguna entidad con más pretensiones se acerca al BBVA. El empresario gallego financiará su entrada en el BBVA con el dinero que obtuvo por la venta de Fadesa a Fernando Martín, que a su vez obtuvo suculentos dividendos de la venta de sus acciones en Sacyr. Cosas de la vida.
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