"De seguir en la política, me gustaría volver a defender a Álava en el Senado"
Ramón Rabanera (Vitoria, 1948) vive con hoy sus últimos cuatro días en el cargo que ocupa desde 1999, tras derrotar al PNV en el momento de mayor auge del Pacto de Lizarra. Se va, por contra, cuando más crudo es el enfrentamiento entre el PP y los socialistas, con cuya ayuda se ha mantenido estos ocho años y que ahora exigen la devolución de ese apoyo.
Pregunta. ¿Se va de la política o sólo de la Diputación?
"Tengo que replantear mi futuro en todos los sentidos, porque los atentados me han obligado a cerrar el negocio del que vivíamos"
"Estoy agradecido a los socialistas, pero hemos sido los más votados en Álava y ellos tienen por la misma razón el Ayuntamiento de Vitoria"
Respuesta. Yo ya no quiero ser nada, pero, de seguir en la política, lo que preferiría es volver a defender los intereses de Álava en el Senado. Y además, no voy a negar que tengo que replantear mi futuro bajo todos los puntos de vista, porque he tenido que cerrar mi negocio, con el que tenía la vida muy bien resuelta.
P. Ésta es una alusión descarnada y del todo inhabitual en un político. ¿Qué ha ocurrido?
R. Yo tenía dos academias con más de 200 alumnos. Eran casi de tipo cooperativo, los profesores estaban al 50% y la empresa corría con sus cotizaciones a autónomos. Sin ser un gran negocio, nos daba para vivir bien. Con los atentados [las academias han sido atacadas seis veces], al final no venían ni los profesores. Una academia no es como una tienda de electrodomésticos, que el seguro te los repone y vuelves a abrir. En este caso, al día siguiente de un ataque hay gente que ya no vuelve y no hay defensa posible ante el temor de los padres, yo lo entiendo. Incluso a algunos profesores no les apetecía ya. Uno de los centros se lo quedaron los profesores, y el otro lo tuve que cerrar hace año y medio. Así que tengo delante una situación con la que no contaba al llegar aquí.
P. ¿Hay algo que haya callado estos ocho años y que quiera decir ahora?
R. Eso prefiero seguirlo callando. Me hubiera gustado llegar a casa un día y decir: ya no necesito escoltas.
P. ¿Por qué siempre ha parecido usted, que llegaba de Alianza Popular, más moderado que el PP, incluso que personas que procedían de la UCD, como Jaime Mayor Oreja?
R. Yo procedo de AP, es verdad, pero igual gobernar ocho años sabiendo que no estaba aquí sólo por el PP, sino también por el PSE, me ha hecho pensar que tenía que ser el diputado de la mayoría, ir moderándome y hacer mis reflexiones. La principal, es que los políticos no podemos crear a los ciudadanos, y menos en el País Vasco, más problemas de los que ya tienen. Salvo los violentos, no tengo enemigos en los otros partidos y no lo he hecho por táctica, sino por convencimiento.
P. ¿Diría que es ahora menos de derechas que antes?
R. Posiblemente. Yo fui presidente de Nuevas Generaciones hace treinta años y he tenido un desarrollo personal de moderación. Cuantos más años en la política, más sabes que no tienes toda la razón.
P. Pues suele ser al revés: cuanto más tiempo en el poder, más se aíslan los políticos y más se ensoberbecen. El de Aznar se tiene por un ejemplo paradigmático...
R. Aznar fue un gran presidente. Eso depende del tipo de persona, de su naturaleza. Sí creo que los que habíamos vivido un poco el franquismo veíamos que, para lo que venía, había que dejar pelos en la gatera. Yo no fui de UCD, pero admiro mucho a sus políticos, y a los del PSOE y del PCE, que se dieron cuenta de que la clave era conseguir la democracia y no tirarnos los trastos a la cabeza. Ahora salen generaciones más radicalizadas, en todos los partidos. Y por eso el mal clima, las descalificaciones y el no por el no.
P. Será de los pocos que le ha sacado algo bueno a estar en minoría. ¿No ha tenido que forzar su naturaleza, por ejemplo, con las políticas sociales a que le han obligado los socialistas?
R. Algunas las habría hecho de otro modo, pero en general han sido cosas, que ellos tenían en cartera y nos han exigido, que han resultado importantes para el desarrollo del bienestar social en Álava.
P. ¿El duro discurso del PP le ha dificultado las cosas?
R. Sí, sin duda. La bronca morrocotuda a nivel nacional me ha afectado a mí aquí.
P. ¿Qué responsabilidad le cabe al propio PP en su actual aislamiento?
R. Hay que recordar que hay un acuerdo del Tinell que se hizo para eso. Ése fue el comienzo.
P. Pero algo habrá puesto el PP para no poder acordar nada con nadie en ninguna parte.
R. Todos cometemos errores. Posiblemente, las circunstancias después del 11 de marzo... con las actuaciones del POSE en aquellos dos días... Sí puede haber un cierto resentimiento, tengo que reconocer.
P. Es decir, que no está pasada esa página.
R. Puede ser que quede un poso de aquello. Pero el mayor responsable de hacer los esfuerzos para que la división no se agrande es siempre el que gobierna, en este caso, Zapatero.
P. Con la libertad del que se marcha, ¿señalaría algún error de bulto del PP al decidir el tipo de oposición que eligió?
R. Error de bulto... no. Pero hemos sido poco didácticos, nos explicamos mal. Y a veces todos nos pasamos en las expresiones, no tengo la menor duda, pero todos ¿eh?
P. Su peor momento, atentados aparte, ¿fue la moción de censura?
R. Noooo!. Eso fue un error muy grande el PNV; el tiempo me ha dado la razón, ahí tienen los resultados electorales.
P. Usted le salvó al PNV sus dos últimos años en la Diputación. ¿Volverán aquellos tiempos de entendimiento?
R. Ojalá. Seria un síntoma de normalización, pero lo veo complicado. Hay cosas que no entiendo: por ejemplo, que el PNV sea más radical en el territorio menos nacionalista es un contrasentido. Y ahí lo tienen: les ha llevado a ser la tercera fuerza electoral.
P. ¿En qué va a parar la negociación para la Diputación?
R. No sé, sólo me atrevo a expresar mi deseo: yo lo que quiero es un acuerdo con el PSE.
P. Ahora le reclaman a Alonso cosas que le dieron a usted: sus ocho años de gobierno, haber neutralizado la moción de censura del PNV...
R. Yo estoy agradecido a los socialistas y siempre se lo he dicho, pero nosotros fuimos la fuerza más votada y ellos tienen ya el ayuntamiento de Vitoria por la misma razón. Lo mejor serían dos gobiernos de coalición.
P. Prieto insinúa que intercambió con Alonso la Mesa de la Juntas Generales por el diputado general.
R. A mí Alfonso Alonso, que fue el que estuvo con él, y le creo, me ha dicho que no se pactó contrapartida. Y vamos a ser claros: si no hay aquel acuerdo, el PSE se habría quedado fuera de la Mesa, porque por el sistema de votación nos la repartíamos el tripartito y el Partido Popular.
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