La incógnita del vagabundo
Dora García (Valladolid, 1965) es la única artista española invitada a participar en los proyectos de Münster este año. Y lo hace inspirándose en La ópera de perra gorda, de Bertolt Brecht. Su propuesta para la ciudad consiste en un vagabundo, un mendigo, mezclado entre los otros de la ciudad. "No es un proyecto social", advierte. "Ni una investigación sobre los mendigos urbanos. Parto de una referencia literaria que cobra vida en el espacio narrativo de la ciudad".
Filch, que así se llama el personaje, está interpretado por tres actores que se van turnando a lo largo del día, durante los tres meses que dura este evento artístico. Está marcado con el número seis en el itinerario de visita de las obras dispersas por la ciudad. Pero es una pieza móvil. Nunca se sabe dónde puede estar. Tampoco tiene un rostro conocido. "Los actores que lo interpretan estuvieron creando el personaje conmigo varias semanas antes de empezar a interpretarlo. Filch tiene una libertad absoluta para actuar en las calles. Puede caminar, dormir en un parque, hablar con la gente, entrar en lugares, comer o tomar un café. En ocasiones se mezcla con la gente en las visitas guiadas y luego se da a conocer. La única condición es que esté siempre en carácter, como se dice en la jerga teatral", relata la artista, radicada en Bélgica.
Filch se mueve y la gente lo busca. "Ha habido ciertos momentos de fricción porque hay gente que lo buscaba en sitios determinados, no lo encontraban, y se enfadaban. Pero, en general, se está tomando con humor. Hemos aprovechado la ambigüedad de la situación y el deseo, tanto de la gente como del actor, de ser reconocido".
Todos sus movimientos y experiencias están quedando registradas en un blog en la web de esta obra (www.thebeggarsopera.org). "Internet le ha dado una dimensión extra a mis últimas performances", dice. "Lo que antes podía limitarse a unos pocos espectadores se dirige ahora también a un segundo público virtual. Los diarios escritos y fotografiados permiten que éstos lleguen a tener entidad propia. Se va escribiendo la historia en tiempo real. Lo de los diarios nació como una gentileza hacia el público que no podía asistir a las performances, pero ahora no pueden existir la una sin el otro".
Cada tres semanas, además, uno de los Filch interpreta un monólogo en un teatro local, basándose en sus experiencias.
En el contexto de la convocatoria de Münster, de arte en espacios públicos, el trabajo de Dora García no es excepcional. Las esculturas en plazas o parques han cedido lugar a otro tipo de acciones o piezas más conceptuales. "Las obras de arte que proponían antes los artistas estaban más destinadas a ocupar un espacio físico en la ciudad. Hoy lo que aspiran es a llenar el espacio mental del imaginario colectivo. Buscar las iconografías comunes", afirma.
Filch rondará por la ciudad como un habitante más, un actor. Un reflejo entre la ficción y lo real.
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