CC OO denuncia el despido de un obrero que se negó a trabajar sin medidas de seguridad
El empresario asegura que ese no fue el motivo y que en sus obras se cumple la ley
El sindicato CC OO denunció ayer ante la Fiscalía y la Inspección de Trabajo el despido del trabajador brasileño de la construcción tras negarse a trabajar sobre un tejado sin disponer de red de seguridad. "Le dije al jefe que no subía al tejado sin protección y le recordé la muerte de un compañero", manifestó Sanderson Dasilva. José García, propietario de la empresa vizcaína Montajes Hermanos García, SL, de Derio, rechazó que sus obras no se cumpla la normativa de seguridad laboral y afirmó que echó al obrero por acusarle de la muerte de otro trabajador en febrero.
Radios, televisiones, periódicos y un móvil que no paraba de sonar. El brasileño Sanderson Dasilva no salía ayer de su asombro por la atención que estaba despertando entre los medios de comunicación la denuncia de su despido en la sede del sindicato CC OO de Bilbao.
Nacido hace 33 años en Sao Paulo, vive en la capital vizcaína desde hace una década y siempre ha trabajado en el sector de la construcción. Era la segunda vez en su vida que prestaba sus servicios en la empresa Montajes Hermanos García SL. Entró en plantilla por primera vez en 2002. Se marchó tres años después y volvió en 2006. Hasta el martes pasado. Ese día, una discusión con su patrón, José García, cerró de forma definitiva su paso por esta empresa, dedicada desde 1970 a trabajos en cubiertas y fachadas de naves industriales.
Las versiones de lo sucedido en la obra que realizaban en una nave industrial de Trapagaran chocan y varían en función de quién lo cuente. "Esa tarde el jefe me pidió que subiera al tejado a montar las líneas de vida [las cuerdas a las que se enganchan lor arneses de seguridad]. Yo le dije que no pensaba subir a poner nada sin las redes de seguridad, que no iba a jugarme la vida porque sí. Él insistió y yo me negué". Dasilva recordaba ayer que ese fue el instante en el que le dijo a García que un compañero había muerto en febrero en circunstancias similares. "Él respondió que David estaba muerto porque había querido, porque era tonto". Según el trabajador brasileño, acto seguido su jefe le llevó a la oficina y le despidió argumentando que era un mal ejemplo para sus compañeros. "Lo último que me dijo fue que él no tenía la culpa de la muerte".
José García aseguró desconocer la denuncia del sindicato y se mostró sorprendido por la repercusión tomada por el suceso. "Ese chico es un mentiroso y un faltón. Lo despedí por faltar al trabajo y por acusarme de la muerte de otro trabajador. Está montando todo esto para tapar la verdadera razón de su despido". García recalcó que su empresa cumple con todas las medidas de seguridad establecidas por la legislación vigente. En su página web se presume de ello: "Dada la peligrosidad que encierran los trabajos en altura, una de nuestras preocupaciones es la seguridad. Por ello, dotamos a nuestro personal de un completo equipamiento, así como de un conocimiento de las medidas de seguridad y prevención de riesgos", se afirma. Sanderson Dasilva discrepa con el mensaje de su antiguo jefe. "¿Medidas de seguridad? Las pone después de un accidente. Yo he visto de todo: trabajos en fachadas a grandes alturas con escaleras extensibles apoyadas en el suelo, gente sin casco...", afirma
Alfonso Ríos, responsable de Salud Laboral de CC OO, coincide con el obrero brasileño. "Los empresarios se pasan la responsabilidad de unos a otros. La seguridad laboral en el País Vasco es mínima: ausencia de barandillas perimetrales, falta de líneas de vida, trabajadores trabajando en altura sin el arnés de seguridad". Ríos no entiende la reacción del empresario denunciado. "Me parece increíble que por exigir medidas de seguridad en el puesto de trabajo te puedan despedir".
Las cifras de mortalidad laboral son elocuentes. En el pasado mes de marzo los sindicatos denunciaron que el 20% de la siniestralidad laboral en la construcción se concentraba en el País Vasco. Entonces las víctimas mortales en el sector eran nueve. Hoy se elevan a 12.
La cifra total de trabajadores muertos en su puesto de trabajo en lo que va de año varía según las fuentes. Según Osalan, son 22. Comisiones Obreras eleva el número a 32. El Gobierno vasco y los sindicatos tampoco logran alcanzar un punto de acuerdo para atajar esa sangría. Las centrales han rechazado el nuevo plan de Seguridad y Salud Laboral presentado por el consejero Azkarraga por considerarlo ineficaz.
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