Sanidad vacunará a las adolescentes frente al papiloma

El Departamento de Sanidad del Gobierno vasco ha decidido incluir la vacuna contra el papiloma humano (VPH), uno de los factores para la aparición del cáncer cervical, en el calendario vacunal infantil tan pronto como esté disponible en España. La introducción de esta vacuna afectará en la comunidad autónoma a unas 10.000 adolescentes cada año y supondrá un coste de 3,5 millones de euros.

Se administrará a niñas de 13 años, la edad en la que resulta más efectiva, y antes de que hayan iniciado las relaciones sexuales, otro factor que inicide en el desarrollo de la patología. La vacunación contra el VPH requiere tres dosis, repartidas en el plazo de seis meses, que se administrarán aprovechando las aplicaciones de la vacuna contra la hepatitis B, que ya está incluida en el calendario.

Sanidad considera que la incidencia del cáncer de cérvix es baja en el País Vasco. Se registran 6,4 casos por 100.000 mujeres, con una tasa de mortalidad que se mantiene estable desde 1996 en torno al dos por cien mil mujeres. La decisión de administrar la vacuna no se sustenta en la frecuencia de su aparición sino en que es el único cáncer del aparato genital femenino contra el que se puede establecer líneas de prevención.

La vacuna no es eficaz contra todos los virus del papiloma humano, pero permite hacer frente a dos tipos que son responsables de hasta un 70% de los casos de cáncer cervical. "La efectividad radica fundamentalmente en la aplicación en mujeres en un período previo al inicio de las relaciones sexuales, y por lo tanto, anterior a la posibilidad de haberse infectado", explicó ayer el consejero de Sanidad, Gabriel Inclán. Por esta razón, la adminsitración de la vacuna no implicará que se dejen de hacer citologías a las mujeres vacunadas.

El VPH es causa del cáncer cervical, pero su sola presencia no es suficiente para el desarrollo de la enfermedad. Para que aparezca la patología, la presencia del virus debe estar asociada a otros factores como el inicio precoz de las relaciones sexuales, la promiscuidad sexual, la aparición de otras infecciones de transmisión sexual, el uso continuado de anticonceptivos orales y los estados de inmunodepresión.

La vacuna está fabricada a partir de virus inactivados que son capaces de favorecer una respuesta inmune en el organismo sin causar la enfermedad. Las pruebas han demostrado una efectividad superior al 95%.