Grupos de jóvenes se encadenan y paran las obras del tren rápido en L'Hospitalet

La marcha de las obras del AVE en L'Hospitalet y Sants se vieron ayer alteradas por tres actos de protesta. Una veintena de jóvenes radicales paralizaron desde primera hora de la mañana y durante más de 12 horas los trabajos en el barrio de Santa Eulàlia de L'Hospitalet tras encadenarse a tres torres de perforación. La empresa encargada de las obras estudia una denuncia por daños, que cifra en 250.000 euros, y perjuicios.

Varios activistas logran barrar el paso de camiones a las obras del AVE en Sants

Los Mossos detienen y llevan a comisaría a varios participantes en la protesta

A media mañana, con sus compañeros encadenados a las trorres de perforación, otros dos jóvenes cerraron el paso de los camiones a la zona de obras de la estación de Sants, después de meter la mano en un barril de cemento. Por la tarde, dos activistas, cuando ya habían sido desencadenados los de la mañana, se subieron a otras dos grúas en La Torrassa. La intención de la policía era no desalojarlos de las mismas por que estas máquinas no son operativas.

La paralización de las obras tuvo como objetivo protestar contra unos trabajos que el colectivo considera muy perjudiciales por varios aspectos. "Queremos pararlas el máximo de tiempo para denunciar el ruido y las molestias que causan a los vecinos de día y de noche", explicó el portavoz del grupo y miembro de la asamblea del barrio de Sants, Ivan Miró.

El abandono y el mal estado de la red ferroviaria de Cercanías y la concentración de las inversiones en la alta velocidad, el impacto que ha causado en el paisaje y sus efectos en la trama urbana fueron otros motivos que esgrimieron los contrarios a las obras del AVE. "Se está construyendo una estación de Sants mayor de lo debido y todo ello se aprovecha para destruir las fincas más viejas. El barrio se está elitizando por culpa del AVE", añadió Miró.

El colectivo se manifestó también en contra del futuro desalojo del centro social Can Vies, al lado de la estación de Sants y okupado desde hace 10 años, que será derribado. El juicio está previsto que se celebre el próximo viernes.

La protesta de los jóvenes se inició a las seis de la mañana entre las calles de Riera Blanca y Ronda de la Via, en una zona de vías ferroviarias compartida por el metro y Cercanías. Seis personas se encaramaron a las tres torres perforadoras de los túneles por donde pasará el AVE. Se instalaron en lo más alto: dos de estas torres miden 20 metros y otra alcanza los 30 metros de altura. Desde arriba los activistas desplegaron tres pancartas, con las inscripciones Estamos hartos del AVE, Can Via se queda en el barrio y Stop especulación. Otra decena de jóvenes se encadenaron en la base de las mismas máquinas. Cuando llegaron los Mossos, fueron los primeros en ser desalojados.

Media docena de furgones policiales se presentaron a primera hora, pero los Mossos no actuaron hasta pasadas las diez de la mañana. En una hora y media los agentes consiguieron romper las cadenas y desalojar a los jóvenes, que en ningún momento opusieron resistencia. Tras ser identificados, fueron recibidos con aplausos y ovaciones por otra veintena de miembros del colectivo que apoyó en todo momento la protesta de los jóvenes a pie de calle. Hacer bajar al resto de los jóvenes resultó mucho más difícil. Hubo intentos infructuosos. El primero de los jóvenes descendió con la ayuda de una cesta a las 13.20. El último fue desalojado a las 18.20 horas. Los seis fueron detenidos y se les trasladó a la comisaría.

Cuando todo parecía haber acabado, otros dos jóvenes subieron a otra torre de perforación en el barrio de La Torrassa, en otra zona de obras. En la zona de la estación de Sants, todo resultó mucho más rápido y a las 14.00 horas consiguieron echar a las dos personas que entorpecían las obras.

Un portavoz de Adif explicó ayer que la empresa que se encarga de los trabajos, Sacyr, está "estudiando presentar una denuncia" por daños y perjuicios contra los jóvenes que detuvieron las obras. Según explicaron, el alquiler de cada una de las perforadoras inmovilizadas durante el día de ayer cuesta alrededor de 1.800 euros.

Los obreros que trabajan en las obras del AVE permanecieron ayer durante todo el día en la zona sin poder trabajar, observando los movimientos de los activistas y los agentes de seguridad. Algunos operarios se mantuvieron en los alrededores, mientras otros se lo tomaron con más calma y aprovecharon para tomarse algunas cervezas en los bares próximos a las obras.