Un inmigrante marroquí establecido en Alemania planificó la estafa de los vuelos a Marruecos
Karim, un misterioso inmigrante marroquí, oriundo de la región del Rif, establecido desde hace años en Alemania, fue uno de los artífices de la red que vendió falsos billetes de vuelos a Marruecos. Sus contactos y su conocimiento de la sociedad magrebí le permitieron ganarse la confianza de sus conciudadanos y crear una eficaz red de agentes en los suburbios de numerosas capitales europeas. Sólo en el casco viejo de Martorell convenció al menos a cinco dueños de locutorios para que vendieran falsos billetes entre sus clientes.
"Sólo sé que se llamaba Karim. No lo conocía de nada. Ni siquiera lo había visto antes. Pero me enredó para que vendiera billetes a los clientes de mi locutorio ofreciéndome el 10% del negocio", asegura Kassem El Rahni, de 38 años, natural de Rabat, que junto con su madre regenta el negocio en Martorell.
La aparición del misterioso Karim en el cinturón industrial de Barcelona fue acompañada de un gran despliegue publicitario. Centenares de carteles y folletos, redactados en árabe, castellano y alemán, fueron distribuidos en oficinas y comercios. La propaganda llegó incluso al consulado de Marruecos en Barcelona.
Karim era el encargado de controlar las ventas de los billetes, recoger el dinero recaudado en los locutorios y enviarlo, al parecer, a la sede oficial de la United Fly Organisation, en Düsseldorf. Más tarde, el centro de recaudación y control pasó a situarse en la oficina de la Gran Via de Barcelona. A finales del pasado mes de junio, Karim desapareció repentinamente cuando la United Fly Organisation empezó a cancelar vuelos y a dejar a los viajeros en tierra. En esos días los pasajeros estafados habían empezado a agolparse en las puertas de los locutorios reclamando un billete alternativo o la devolución del dinero.
"Nosotros tuvimos suerte. La oficina de UFO en Barcelona nos consiguió plaza en otra compañía, después de que los amenazamos con ir a denunciarlos a la policía", aseguran los hermanos Mustafá y Mohamed Kachach, de 38 y 41 años, respectivamente, que habían conseguido una ganga: billetes a Tánger entre 100 y 90 euros. El billete en las empresas convencionales cuesta prácticamente el triple.
La estafa ha dejado en vilo a muchos otros inmigrantes, como Abdelkader Regredi, de 36 años, natural de Berkane, que tiene aún en el bolsillo un billete de avión por el que pagó 150 euros. En teoría, el billete le da acceso a un vuelo que partirá hacia su país el 31 de julio. En realidad, él también sabe que el billete es poco menos que papel mojado.
La comunidad marroquí de Martorell, localidad convertida en uno de los epicentros de la estafa masiva, trataba de curar ayer las heridas acusando a los organismos oficiales de falta de control y de haber permitido a los estafadores actuar con absoluta impunidad.
"La Generalitat debería establecer un control más estricto sobre este tipo de agencias", afirma Abdelkader Aslimani, de origen marroquí, secretario de inmigración de UGT. Aslimani afirmó haber alertado a varios compañeros por la falta de credibilidad de las gangas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.