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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Bombardeos a civiles

Las matanzas de civiles a raíz de los bombardeos americanos y de otros aliados en Afganistán constituyen una inmoralidad inaceptable y corren el riesgo de alienar aún más a la población local y poner en peligro no ya la guerra contra los talibanes y Al Qaeda, sino los propios programas de reconstrucción del país. En el seno de la OTAN, organización que probablemente se está jugando su futuro en Afganistán, cunden ya las voces críticas contra este tipo de operaciones.

Los bombardeos son un intento de evitar la primavera y verano calientes que anunciaban los talibanes. Pero al dirigirse contra objetivos en zonas pobladas, como ocurrió el pasado 29 de junio en Hiderabad, donde murieron unas 80 personas, los afganos están dejando de apoyar una presencia militar extranjera que hasta ahora poco les ha reportado. Hay una confusión entre la guerra propiamente dicha, enmarcada en la Operación Libertad Duradera que se desencadenó tras el 11-S, y la misión de estabilización y reconstrucción de la fuerza internacional ISAF, en la que participa España bajo coordinación de la OTAN. Estados Unidos ha tendido a hacer converger ambas, pero los aliados se han resistido. Lo que deben hacer ahora es exigir el fin de los bombardeos que impliquen la muerte de civiles. Si quiere tener éxito, la comunidad internacional debe ganarse a una población cada vez más desencantada con el presidente Karzai.

El Partido de la Izquierda en Alemania -donde un 57% de ciudadanos querría que sus 3.000 soldados se retirasen de Afganistán- consideró que los aviones Tornado alemanes y las tropas violaban las limitaciones legales de la participación de su país en operaciones de la OTAN que les prohíbe misiones de combate y recurrió por ello al Tribunal Constitucional de Karlsruhe. El dictamen del alto tribunal, sin embargo, considera que no desempeñan labores bélicas -efectúan vuelos de reconocimiento, aunque ayudan a localizar objetivos para aviones y cañones de otras naciones-, sino que contribuyen a la paz y estabilidad afganas.

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Esta sentencia, al afirmar que los Tornados alemanes ofrecen protección a sus soldados y a la población, reviste especial interés para España, donde el PP intenta establecer un paralelismo entre el apoyo de Aznar a la guerra de Irak y la presencia militar española en Afganistán y Líbano. Pero en cualquiera de los casos, los países de la OTAN con presencia allí, España entre otros, deben rechazar como moralmente inaceptables los bombardeos que producen víctimas civiles en nombre de esa paz que se dice construir.

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